Juanelo, un promotor incansable de la cultura espirituana

Conocí a Juanelo hace 40 años. Yo tenía 20 y él la misma edad que tiene ahora.

En aquel entonces era un mal narrador, regular poeta, y que se supiera no era ensayista.

Su fama le venía por díscolo y bohemio, una especie de artista popular para el que fajarse a trompadas era más fácil que escribir un cuento.

A mí, recién llegado de una escuela de arte, acostumbrado a ser noctámbulo me parecía increíble que Juanelo, aquel trabajador civil de las FAR, superara con creces mi resistencia al sueño.

Esta es una confesión sincera de las circunstancias en que conocí a Juan Eduardo Bernal Echemendía “Juanelo”.

Después “de tantos palos que le dio la vida” Juanelo es hoy uno de nuestros más prestigiosos intelectuales.

Con infinidad de publicaciones es una especie de Enciclopedia de la Cultura Espirituana, además de su promotor incansable.

Su obra ensayística, variada y profusa ya le procuró un lugar en la Literatura Cubana y auguro que es a partir de ahora que dará sus frutos más definitivos y rotundos.

Su vocación Martiana y ecuménica, esa apertura a todo lo que sea cultura y conocimiento lo convierten en un hecho sin precedentes en la Literatura espirituana.

Juanelo no tiene tendencias ni temas predilectos. Ha ido afilando sus instrumentos, un lenguaje barroco que se erige en estilo, y con esas armas seguirá haciendo aportes a nuestra ensayística. Nadie ha vivido como él la cultura: Abierto, democrático, trasnochador y buen amigo. Por lo mismo nadie la puede desentrañar como él.

Nadie como Juan Eduardo Bernal Echemendía “Juanelo” ha roto esas aparentes barreras entre lo culto y lo popular, moviéndose de los personajes de la ciudad a la precisión histórica más certera, a través de la radio, la prensa escrita, la mesa del conferencista y los libros que publica.

En estos momentos Juanelo es un activo miembro de la UNEAC y preside desde hace varios años la Sociedad Cultural “José Martí” en la provincia.

Por allí anda Juan Eduardo Bernal Echemendía “Juanelo” se le puede ver todos los días, desandando su querida ciudad y rompiendo lanzas contra todo aquello que vaya en detrimento  de la cultura y de nuestro patrimonio.

Que le dediquen la edición de la Feria del Libro Espirituana es hacer justicia.

Enhorabuena, Juanelo.