31 de Marzo : Día del Libro cubano
Los libros, como objetos portátiles y relativamente duraderos, han ayudado a preservar y difundir el conocimiento y los sentimientos de la humanidad a través de vastas extensiones de espacio y tiempo, hasta el punto de que se puede decir con toda razón que la civilización actual no habría sido posible sin la existencia de la Literatura.
Los libros iniciales consistían en planchas de barro que contenían caracteres o dibujos incididos con un punzón. Las primeras civilizaciones que los utilizaron fueron los antiquísimos pueblos de Mesopotamia, entre ellos los sumerios y los babilonios.
Mucho más próximos a los libros actuales eran los rollos de los egipcios, griegos y romanos, formados por largas tiras de papiro.
En la actualidad el libro se ha convertido en objeto de una industria comercial que cada año rinde suculentos frutos a los consorcios editoriales. La globalización del libro, apoyada en todo un andamiaje publicitario que lo convierte en mercancía, cada día es mayor.
El libro en el mundo para muchos se ha convertido en un objeto de lujo, inalcanzable para algunos sectores de la sociedad, a esto se añade la banalización en los medios de difusión que alejan al hombre del acto racional de pensar por si mismo.
El 31 de marzo, Día el Libro Cubano, nos remite a la inauguración de la Imprenta Nacional, fundada entre las primeras instituciones culturales que instauró la Revolución triunfante, y que bajo la dirección del destacado intelectual Alejo Carpentier sentó las bases de un promisorio futuro editorial.
El primer libro publicado por la Imprenta nacional de Cuba fue Don Quijote de la Mancha, obra propuesta por Ernesto Ché Guevara, y con esta edición se dejaba sentado el profundo carácter cultural que alcanzaría en un futuro la industria editorial en la isla.
Hoy Cuba publica cada año libros que abordan disímiles temas. La instauración de editoriales en cada provincia y ahora la modalidad de libros digitales, asegura que de cualquier confín del territorio nacional puedan surgir escritores con obras novedosas y de calidad.
Por otra parte, el país realiza ingentes esfuerzos, sobre todo entre las más jóvenes generaciones, para promover los hábitos de lectura y hacer del libro una necesidad cultural.
Un libro siempre es un amigo entrañable y cercano, nos acompaña y aporta juicios para vivir mas plena y útilmente.
Leer es crecer nos dijo un día nuestro José Martí y un pueblo que enseñe a sus hijos a amar los libros no dejará de crecer nunca.
