Con la luz de Fidel

Con la luz de Fidel Una brigada médica del contingente combatió la covid en Panamá. Foto: Minsap.

Casi desde que los guerrilleros bajaron de las montañas, con olor a monte, las botas raídas y los fusiles descansando sobre las espaldas de verde olivo, Cuba se hizo a los caminos de la solidaridad.

Cuando en mayo de 1960, un terremoto dejó en escombros a una parte de Chile, una brigada médica cubana llevó la esperanza en medio de tanta tragedia y desolación.

Cuando en julio de 1962 Argelia logró su independencia de Francia, cientos de médicos, sobre todo, del país galo salieron de estampida, y la salud de sus pacientes quedó a la buena de Dios, como muchos dicen. En mayo de 1963, una aeronave de Cubana de Aviación tocaba tierra argelina; llevaba a bordo personal sanitario de la isla caribeña.

Luego, vinieron las experiencias en naciones como Perú, Nicaragua y Honduras. En agosto de 2005, el huracán Katrina llevó consigo la destrucción y la muerte al sur de Estados Unidos. Por iniciativa de Fidel, Cuba organizó presurosamente la brigada médica Henry Reeve para asistir a los damnificados; al final, el gobierno estadounidense se negó al ofrecimiento.

Al mes siguiente, o sea, el 19 de septiembre de 2005 las gradas de la Ciudad Deportiva, de La Habana, se colmaron de batas blancas, de seres humanos que blandieron la solidaridad a favor de la salvación. Nacía el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, considerado uno de los proyectos solidarios más humanos concebido por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro.

A las pocas semanas de aquel encuentro con Fidel, 600 médicos del contingente hicieron sus mochilas y partieron hacia Honduras para atender a las víctimas del huracán Stan. Era el 8 de octubre de 2005.

Bajo el principio de compartir lo que se tiene, seis días más tarde, 2 564 colaboradores cubanos partieron hacia Pakistán, donde un terremoto segó la vida a cientos de personas y otras miles quedaron mutiladas. Pocas veces se había visto tanta tragedia. Donde el gobierno paquistaní lo pidió, ahí mismo Cuba plantó un hospital de campaña.

Mas, el itinerario del contingente internacional Henry Reeve tendría otras estaciones: en Bolivia y México, por inundaciones; en Perú, Indonesia, Haití, China, Nepal y Chile, debido a terremotos; en Haití, por el cólera; en África, por la epidemia del ébola y, más recientemente, decenas de países, por la pandemia de la covid.

En suma, en ninguno de estos y otros casos, Cuba no buscaba hacer titulares de prensa. Ello sí, a cada pedazo de este mundo abonado por la solidaridad de este archipiélago, nuestros médicos, enfermeros y el resto del personal de salud han llevado, con su presencia allí, la luz de Fidel.

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