Joaquín Teodosio, el tejedor

Joaquín Teodosio, el tejedor

De todas las Artes la Artesanía resulta de las más antiguas y de las menos reconocidas.

Tal vez por las circunstancias en que la encontramos, o por la sencillez de sus hacedores las Artes Manuales se convierten en esa maravilla que no aquilatamos lo suficiente.

Un artesano es como un duende que se burla del paso el tiempo y lleva en sus genes la intranquilidad de las manos y la agudeza en los ojos.

De esa especie de duendes es Joaquín Teodosio, el tejedor.

Teje sombreros por tradición familiar, un arte que heredó de sus abuelos, allá en Paredes. Pero cada pieza entre sus dedos se convierte en obra artística cuando la combina con textiles o paja de maíz.

Se trata, según Joaquín Teodosio, de convertir esa prenda, necesaria y coqueta, en un exponente actualizado, gracias a un diseño sugerente y contemporáneo.

Desde los catorce años, descubrió la fibra y ya se extienden a más de treinta su relación con ella. Él sabe que la moda es un arte voluble y en constante movimiento y se esfuerza por satisfacer a las personas que diariamente acuden a contemplar o adquirir su obra.

El tejido le ha deparado otras muchas satisfacciones como creador: Obtuvo en 1995 el Premio Internacional de Artesanía de FIART y ha recibido otros reconocimientos entre los que se cuentan Nominaciones para Premios de Excelencia y Maestría Artística. Su currículo se enriquece con la sistemática participación en Ferias y otros eventos Nacionales y  Provinciales.

Activo miembro de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, de la que fungió como su Presidente en la Provincia por años, Joaquín Teodosio teje y desteje el hilo de la memoria; gusta de la fibra en sus colores naturales, cierra los ojos mientras acaricia el guano y le llega el olor del agua lluvia, el sonido en la cocina de los abuelos y ese bienestar de crear lo bello y lo útil.

Mientras pasa el tiempo, el artesano Joaquín Teodosio ve con optimismo como sus hijos mantienen la tradición para que perdure por siempre aquel don familiar que nació en   Paredes, el humilde pueblito en el que aprendió de niño cuanto puede hacer el hombre con sus manos.

 

 

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