Veguero de excelencia
Ibrahim Martínez La O ha sido por más de 60 años un puntal de la producción tabacalera desde su finca, pegadita al batey azucarero Melanio Hernández, de Tuinucú.
En esta campaña retomó las plantaciones del cultivo en la modalidad de sol en palo. A su encuentro llegó la prensa del territorio para desenterrar su protagonismo.
«Sembré 23 000 posturas y corté, entre ensertado y con cuchilla, 1 720 cujes. Ya tengo amarrados en el pilón más de 800 matules, a ver si llueve y termino con el tabaco. La casa de cura no está muy buena, pero tengo un tabaco especial, todo el que lo ha visto se ha quedado encantado con lo bueno que está el tabaquito mío, me ayuda la sabiduría alcanzada en 60 vegas que han pasado por mi cintura. En este año hice semillero regué para 2 millones de posturas y casi no vendí. Muy pocos producctores plantaron, lo hice solo, yo no he pagado un quilo porque los jornaleros están muy caros, fíjate que por una mañana se pagan más de 1 000 pesos y por cortar un cuje, que lo hago en 20 minutos, 100 pesos. Si pagas eso no te queda nada de la vega. Todo lo hago, llevo cinco meses metido dentro del tabaco sin salir de aquí».
Ibrahim con la tracción animal ya tiene surcada la tierra de la nueva vega.
Con 80 años, Ibrahim no se ha cansado de trabajar. Lo encontramos al pie de la yunta de ganado americano.
«Yo trabajo como esos animales, hoy estoy surcando la tierra del tabaco para la próxima vega. Eso es garantía de una buena cosecha, estar excelente como harina, pero así también está el área para el semillero. Ya me han dado el combustible, toda está lista para sembrar mañana si quiero. Todavía me quedan fuerzas, me levanto todos los días a las cinco, ordeño y trabajo hasta las doce, descanso un rato y pego de nuevo hasta las siete, como y me acuesto. Yo no veo ni televisión, es mucho el cansancio».
Este campesino es un apasionado de la tierra y no piensa todavía alejarse del surco.
«Hasta que pueda, hasta que me caiga sigo aquí. Cuando no pueda más, me voy para la casa de mi hija en el pueblo, me voy pa’llá y esto aquí lo dejo a negocio o se lo entrego al Estado pal carajo», dice y ríe a carcajadas.
El amor al trabajo y a la tierra hacen de este veterano labriego un ejemplo de sacrificio humano a favor de la economía nacional.
No te pierdas nada. Únete al canal en WhatsApp de Radio Sancti Spíritus.
Noticia, Economía, Sancti Spíritus , TABACO, Taguasco, VEGUEROS