Un guajiro escritor
Un día como hoy, 28 de julio de 1918 nace, en una finca de guayos, Tomás Álvarez de los Ríos, autor de las novelas “Las Farfanes” y “Los Triángulos de Amor”, autor además del libro de cuentos “Humo de Yaba”, y el de relatos “Olvidados de ayer recuerdan”.
Tomás Álvarez de los Rios participó en la lucha clandestina, fundador del movimiento 26 de julio, y fue el primer Presidente de la UNEAC que tuvo Sancti Spiritus.
Se destacó por su cubanía y naturalidad. Colocó en su casa, unos cinco mil proverbios y frases, impresos sobre ladrillos «a vista», que caracterizan el exterior del inmueble, ubicado en las afueras de la ciudad de Sancti Spíritus. Hoy su casa es el Museo de los Refranes.
Tomás Álvarez de los Ríos cursó estudios hasta el cuarto grado en una escuela pública. A los 12 años de edad abandonó los mismos para trabajar como cortador de caña y poder contribuir al sustento de su familia.
Desde sus primeros años en la adolescencia mostró inclinación por el periodismo y a los 22 comienza a incursionar en este campo como fundador y colaborador de periódicos locales en su natal Guayos, entre ellos podemos mencionar: “Acción”, “Superación”, “Adelante”, entre otros. En estos años se inicia como lector de tabaquerías, oficio que le permitió enriquecer su cultura al leer libros de deferentes cortes incluyendo los políticos como “Los fundamentos del Socialismo en Cuba”. Influenciado por la lectura de estos libros,
Tomás expresa sus ideas revolucionarias en la prensa clandestina, convirtiéndose en un activo miembro del Movimiento 26 de julio en la región central por lo cual fue apresado y tuvo que viajar al exilio a Venezuela en 1958.
Cuando triunfa la Revolución ya Tomás contaba con una vasta cultura adquirida de forma autodidacta. Por su quehacer antes y después del triunfo de la revolución en 1959 es que comienza a laborar en el periódico «Vanguardia» de la antigua provincia Las Villas, en el cual publicó innumerables trabajos periodísticos, por lo que es considerado fundador de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), iniciador de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) de la cual fue su primer presidente, cargo que desempeñó durante 8 años. También fue fundador, en 1979, de la Comisión Provincial de Monumentos y fue reconocido como fiel defensor de la conservación y restauración de la arquitectura colonial espirituana.
Fue Delegado por varios años a la Asamblea Provincial del Poder Popular, y al culminar su mandato como presidente de la UNEAC en 1987, pasa a laborar como redactor de la Sede del Comité Provincial del PCC, cargo que desempeñó por un año hasta su jubilación en 1988.
En el año 1979 comienza Tomás a cubrir las paredes de su casa con pequeñas tablillas de barro con refranes grabados; hoy, su morada es reconocida como el Museo de los Refranes, visitado por incontables espirituanos y foráneos que visitan la villa; razón por la que este versátil creador fue nombrado El Hombre de los Refranes.
Tomás era un hombre especial; con sensibilidad para apreciar la belleza en el penacho de las palmas y a la vez con los pies bien puestos en esta tierra para denunciar lo mal hecho y no descansar un minuto hasta que venciera la justicia.
Un hombre tan especial que aun teniendo palabras propias que decir se encargó de cosechar refranes, palabras de otros, anónimas, para irlas guardando con amor y legarnos un Museo de los Refranes, único en el mundo.
Un hombre tan especial que su ausencia la sufrieron por igual, campesinos, gente humilde de su querido Guayos, intelectuales, artistas, niños y adultos.
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