Trinidad mueve su cotidianidad
Trinidad, esa urbe que cual Museo del Caribe atrapa a todos. Que enseña en las venas de cada uno de los escenarios de su geografía los motivos que le confirieron el título de Ciudad Artesanal del Mundo y que arropa su condición de Patrimonio Cultural de la Humanidad, es una Villa que no se detiene.
La dinámica dibuja sus calles, está en las energías de su gente, en su ir y venir entre calles empedradas, entre edificaciones milenarias, entre rejas, aldabas, tejados, adoquines. Entre sus comidas exquisitas y su coctelería refrescante.
Está esa vida entre las manos de tejedoras que regalan disímiles obras, con puntadas que mantiene viva una herencia y tradición multiplicadas.
Así es esa urbe, que mueve sus brisas, sus latidos, su energía, su belleza. Tentadora, íntima, provocadora.
- El visitante tiene sitios para saciar comidas y bebidas a gusto. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
- Trinidad, una urbe que mueve su cotidianidad. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
- Trinidad dibuja la dinámica en sus calles. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
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