Teatro joven aborda temas álgidos de la sociedad cubana

Un grito ensordecedor, como única arma, deja escapar las voluntades, sueños y anhelos de un grupo de adolescentes que enfrentan cada día el duelo con la cotidianidad. Desde la rebeldía, el desafío, la inmadurez y el riesgo, ellos asaltan el escenario para visibilizar, comunicar y denunciar temas álgidos de la sociedad, saturados de influencias encontradas que puntean con las esencias de este país.

Buscan salvarse y salvar a otros de las tendencias negativas que son normales para algunos y preocupantes para otros. Aferrados a la urgencia de romper con estas tendencias, se expresan en cada momento de la obra «Pero Habrá Señales», incentivando a otros jóvenes a perseguir un futuro mejor y tener la voluntad para alcanzar sus sueños.

La obra aborda múltiples temáticas contemporáneas de San Cristóbal y otras ciudades, llamando a la reflexión y perseverancia de los jóvenes para que juntos puedan formar un futuro mejor. Claudia, Iván y Adria, tres de los protagonistas de esta propuesta del teatro espirituano bajo la dirección del experimentado José Meneses, encuentran en «El cangrejo volador» de Onelio Jorge Cardoso una acertada alegoría de la incomprensión hacia lo diferente.

Con una narrativa que crece desde el primer segundo hasta el final, la obra se desarrolla en la llamada calle de las campanas en la ciudad del Yayabo, donde los tiempos transcurren entre melodías y experiencias diversas. A través del teatro, estos jóvenes denuncian, comunican y buscan transformar los paradigmas construidos con falsos sedimentos que rompen con los valores.

Es crucial que «Pero Habrá Señales» no solo suba al teatro principal de Santi Spíritus, sino también a otros escenarios como instituciones educativas y comunidades, para romper con la escena menos ilustrativa de las realidades actuales. El proyecto, integrado por futuros profesores-instructores de arte en Santi Spíritus, tiene mucho por recorrer, tanto en la enseñanza como en la escena, en un contexto donde muchos buscan mejores horizontes.

Estos jóvenes podrían ser, en un futuro cercano, las voces y gestualidad del teatro espirituano, demostrando que los cangrejos pueden volar como el viento y tocar la punta del insigne campanario de la Iglesia Parroquial Mayor.