Septeto Son del Yayabo, 45 años de música, historia y raíces cubanas
De izquierda a derecha. Elder Aquino, Tres. Carlos Tejeda director y guitarrista. Jennifer Pérez, Clarinete. Wilfredo Linares, Cantante. Radamis Jiménez, Clarinete. Bárbaro Danilo Valdés, Bajista. Jorge Luis Diaz, Percusión.
El septeto Son del Yayabo ha marcado una huella en la cultura espirituana.
Fundado el 4 de diciembre de 1980, el grupo arriba a sus 45 años de vida artística llevando el son y otros géneros musicales a escenarios nacionales e internacionales.
Su formato es único, lo que le concede una sonoridad que lo distingue entre las agrupaciones de su tipo en el país.
Para conocer su historia, retos y sueños nada mejor que escuchar a su director Carlos Tejeda García.
«Bueno, 45 años se dicen muy fácil, pero es un gran tiempo de entrega, de sacrificio y dedicación, muchas horas de ensayo y montaje. Todos aportan y siempre dan algo para el bien del grupo. Significa mucho trabajo, mucha satisfacción hacer lo que uno quiere y la preocupación constante de que esté bien hecho».
¿Cómo recuerda los inicios en 1980?
«Este grupo casi surge por casualidad; cuando los muchachos iban para la escuela al campo, los que estaban vinculados a Cultura se quedaban aquí y no iban. Fue como un hobby momentáneo, pero bueno ya ese hobby cumplió 45 años.
«En esa etapa se obtuvo el primer lugar nacional en el Festival de Pioneros. En 1982 también alcanzamos el primer lugar, o sea, el primer lugar municipal, provincial y nacional. Y en el año 1984 ya en la FEEM también se obtuvo el primer lugar nacional y el cantante Wilfredo Linares alcanzó un premio especial por la mejor voz».
El septeto Son del Yayabo se distingue por incluir dos clarinetes, algo poco común en este tipo de formato. ¿Cómo surgió esa idea y qué aporta el sonido del grupo?
«La idea surge también por casualidad. Yo tenía un trompetista, pero antes de la trompeta tenía un violín y luego adicioné la trompeta con Leonel Carballo. Después de regresar de una segunda gira por Venezuela, me plantea que deja el grupo porque tiene otros intereses. Y entonces Moñita me propone incluir un clarinete. Al concluir la tercera gira a Venezuela en 2010, el violinista, que era Maikel Chang, también se va y la clarinetista me sugiere, entonces, dos clarinetes. Lo vi un poco extraño, no es normal. Pero empecé a probar.
«Los clarinetes aportan un toque más romántico, más suave. Es la misma intensidad de música, la misma velocidad, pero me da la posibilidad de jugar con la armonía».
¿Qué diferencia a Son del Yayabo de otras agrupaciones similares de la provincia?
«Contamos con muchos septetos, pero todos tienen un repertorio distinto. En nuestro caso, tenemos una voz peculiar, especial, reconocida a nivel internacional, que es la de Wilfredo Linares con un timbre llamado tenorino, además de los clarinetes y la genialidad de mis músicos».
¿Cuáles han sido los momentos más importantes en la historia del grupo?
«Hay varios momentos, afortunadamente. Los festivales de pioneros, de la FEEM, la primera evaluación como aficionados y luego como profesionales, que fue satisfactoria; nuestro primer contrato en el exterior, que fue en México en el año 2001 y luego las presentaciones en Venezuela. Y la última evaluación profesional, donde también obtuvimos excelentes resultados».
¿Qué género o estilo han explorado además del son tradicional?
«Estamos incursionando en este momento el danzón, nuestro baile nacional. Pero también hemos explorado el merengue, un género que gusta mucho en cualquier lugar, la bachata, la guaracha y el bolero son».
¿Cómo se han adaptado a los cambios en el panorama musical espirituano durante estas cuatro décadas y media?
«Siempre estamos atentos al gusto del público, es lo fundamental. Si el público no te sigue o de alguna forma te rechaza, la comunicación no fluye. Yo creo que lo más importante es conocer qué le gusta al público, qué edad tiene o en qué lugar estamos. Hay que tener en cuenta además un repertorio bien amplio para poder escoger qué tipo de música vamos a tocar en ese momento».
¿Qué significa para ustedes representar a Sancti Spíritus en escenarios nacionales e internacionales?
«Es un orgullo, un orgullo grande, una forma de saber que lo que hacemos aquí también gusta afuera.
«Por ejemplo, en México cuando ya pasó el primer y el segundo mes, el público nos empezó a identificar y a pedirnos títulos de las canciones que a ellos les gustaban de nosotros, ya conocía nuestro repertorio».
¿Qué mensaje le gustaría dejar a las nuevas generaciones de músicos espirituanos?
«A las nuevas generaciones de músicos, como instructor, los estoy educando para que cultiven la música cubana. Hay jóvenes músicos que vienen influenciados por otros géneros como el mexicano y las baladas, pero yo trato de asesorarlos técnicamente e incentivar el interés por la música tradicional cubana».
¿Qué actividades tienen previstas para celebrar este aniversario?
«Hacer un concierto el 20 de diciembre en la Casa de La Trova de Sancti Spíritus a las nueve de la noche porque, además, la casa cumple aniversario ese día. Y queremos celebrar juntos. Vamos a hacer un espectáculo con invitados y algunas sorpresas que vamos a tener. Así que aprovechen entonces».
¿Qué le diría al público espirituano que lo ha acompañado durante todos estos años?
«Bueno, agradecerle, agradecerle infinitamente y pedirle que nos mantenga en su preferencia».
Versátil, único y fiel a las raíces tradicionales, Son del Yayabo ha sabido conquistar a su público con su talento y su pasión por la música.
La agrupación celebra su cumpleaños 45 y aspira a seguir en la preferencia de los amantes de la música tradicional cubana.
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