Sancti Spíritus ¿un oasis medioambiental?
No es fruto del azar que durante los últimos años Sancti Spíritus se haya convertido en centro de referencia del trabajo medioambiental, que la provincia haya merecido en varias oportunidades el honor de ser la sede de las actividades nacionales por el Día Mundial del Medio Ambiente y que sus especialistas hayan alcanzado renombre y celebridad. Sancti Spíritus es una mina de oro natural.
Ubicada estratégicamente en el centro mismo de la isla, la región está dotada de una geografía diversa: desde llanuras fértiles hasta elevaciones abruptas de la Sierra del Escambray. Esta diversidad orográfica crea microclimas que favorecen una rica variedad de ecosistemas, muchos de los cuales se conservan en buen estado gracias a iniciativas de protección ambiental.
Uno de los mayores orgullos del territorio es el Parque Natural Topes de Collantes, un extenso sistema montañoso que se comparte con la vecina provincia de Cienfuegos. Aunque la porción espirituana es menos conocida, no por ello es menos impresionante: ríos caudalosos como el Caburní y el Vega Grande han esculpido cañones y cascadas que ahora sirven de hábitat a especies endémicas y migratorias.
Al sur, la península de Ancón es uno de los destinos de sol y playa mejor conservados del país. A diferencia de otros polos turísticos más explotados, Ancón mantiene un equilibrio entre desarrollo e integridad ambiental. Sus aguas cristalinas son ideales para el buceo y el snorkel, al contar con arrecifes de coral que albergan una gran variedad de peces, moluscos y crustáceos.
Otro punto emblemático es la presa Zaza, el mayor embalse artificial de Cuba. Más allá de su importancia para el riego agrícola, el acuatorio es una fuente vital para la pesca, tanto deportiva como comercial. Aquí habitan especies como la tilapia, el claria y el pez gato, que alimentan a miles de personas en la región. Además, sus humedales adyacentes son zonas de anidación para aves acuáticas, incluyendo flamencos y garzas, lo que convierte al lago en un sitio clave para la observación de fauna.
También destacan los bosques secos del norte, donde subsisten ecosistemas de sabana y matorral con especies vegetales resistentes a la sequía. Estos espacios, a menudo menos turísticos, ofrecen un tipo de belleza más austera, pero igualmente valiosa desde el punto de vista ecológico.
En términos de flora, Sancti Spíritus alberga más de 2 000 especies vegetales, muchas de ellas endémicas de Cuba. El palo de caja, el copal y diversas orquídeas adornan tanto los montes como los jardines rurales y son objeto de estudio por parte de botánicos nacionales e internacionales. En cuanto a la fauna, se han identificado más de 300 especies de vertebrados, incluyendo reptiles como la iguana cubana y mamíferos como el manatí en zonas costeras del sur.
La riqueza natural de Sancti Spíritus no solo radica en su variedad, sino también en la manera en que sus habitantes la integran a su vida cotidiana. La agricultura ecológica, la apicultura y el uso de plantas medicinales son prácticas comunes en zonas rurales, y muchas comunidades participan activamente en programas de reforestación y educación ambiental.
Sancti Spíritus es, en definitiva, un territorio donde la vida florece sin estridencias. En tiempos de crisis climática global, este rincón cubano ofrece una lección de armonía y sostenibilidad que merece ser conocida y protegida.
Fuentes: Cubadebate, Ecured, revista Mar y Pesca
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