Sancti Spíritus entre provincias con población más envejecidas de Cuba
Sancti Spíritus se ubica entre las provincias con mayor porcentaje de habitantes que tienen 60 o más años de edad, lo cual la sitúa en el tercer lugar del envejecimiento poblacional del país; solo antecedida de Villa Clara y La Habana.
El 23,3 por ciento de los pobladores espirituanos integran la nómina de la llamada tercera edad, lo cual obedece a la baja natalidad que se registra anualmente, al aumento de la esperanza de vida al nacer y a fenómenos migratorios; en este último elemento incide que la mayoría de quienes emigran a otros países son jóvenes.
La licenciada Imey Hernández Legón, jefa del Departamento de Demografía, Censo y Encuesta en la Oficina de Estadística e Información en el territorio, dijo a la ACN que actualmente la tasa de crecimiento natural es desfavorable por cuanto ocurren más defunciones que nacimientos en el período de un año.
Esta tendencia, agregó, se ha mantenido en el último lustro y desde el punto de vista demográfico, acentuó, resulta preocupante que las mujeres prevalecen en el grupo etario más añejo, por lo tanto eso influye en el decrecimiento del nivel de fecundidad, y a ello se añade que el número de hembras en los partos es menor al de varones, por lo que el remplazo de mujeres en la edad fértil ha venido disminuyendo.
Hernández Legón resaltó que Fomento, Yaguajay y Cabaiguán son los municipios más envejecidos del territorio, todos sobrepasan el 25 por ciento de sus habitantes en la tercera edad; mientras que La Sierpe es el de mayor cantidad de jóvenes, aunque el 18,2 por ciento de sus pobladores están en el referido grupo de seis décadas o más años de vida.
La ingeniera Anyelín Pérez Acosta, directora de la Oficina de Estadística e Información en la provincia, expresó que muchas de las personas que arriban a la edad de la jubilación en Sancti Spíritus lo hacen en buen estado de salud y algunas deciden continuar trabajando, pero el número de adultos mayores retirados tiende a crecer sobre el de personas activas y eso, remarcó, es un reto en la producción de bienes y servicios.
El aumento de la cantidad de longevos, manifestó Pérez Acosta, también constituye un desafío para el sistema sanitario, puesto que debe contribuir con una vejez saludable, participativa y sin o con escasa discapacidad, y todo ello exige más y mejores recursos humanos y materiales.