Resultados productivos en las montañas precisan transformarse

Resultados productivos en las montañas precisan transformarse Nelson Fuente Galán, lleva 20 años de experiencia como arriero, transportando productos agrícolas en las montañas de la Sierra Maestra, para la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA), Tony Alomá, en el municipio del III Frente Mario Muños, en la provincia de Santiago de Cuba, el 11 de septiembre de 2012. AIN FOTO/Miguel RUBIERA JUSTIZ.

A potenciar las producciones agroforestales, ordenar el acopio y la comercialización de los alimentos y elevar los aportes a exportaciones con rubros endógenos de las montañas llamó este viernes Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro, al recordar la creación del Plan Turquino, hace 36 años.

Explotar adecuadamente esos recursos, aseguró Tapia Fonseca, es la manera más expedita para obtener los financiamientos, incluyendo divisas, para la recapitalización de la producción y la vida social en los escenarios más intrincados del país.

Recordó que hace 36 años, por iniciativa del General de Ejército Raúl Castro, surgió el Programa de Atención al Desarrollo Integral de las Regiones Montañosas, conocido como Plan Turquino, con la prioridad de mejorar esos territorios y la Ciénaga de Zapata en el plano económico y social, reforzar la defensa el país y contribuir a la conservación del medioambiente.

Apuntó elementos históricos del escenario en que vivían los montañeses, la convivencia con los guerrilleros que lideró el joven Fidel Castro, y la determinación, después del triunfo de enero de 1959, de cambiar las condiciones en las montañas, la zona del campo más pobre del país.

Para sostener un programa como este es necesario transformar los resultados productivos de los renglones agropecuarios y forestales que constituyen la base económica de esas regiones, como son café, cacao, coco, frutas, recursos forestales (muy deprimidos) y los aportados por la apicultura, aseguró Tapia Fonseca, al concluir una reunión en la que se analizaron las principales deficiencias, los logros y lo que pudiera hacerse en el futuro para revertir la actual situación.

En ese empeño hay que considerar la fragilidad de los ecosistemas montañosos, y poner énfasis en la preservación, fundamentalmente del suelo, el agua y los bosques; la invulnerabilidad defensiva y la mitigación de los efectos del cambio climático los exigen, puntualizó.

Reconoció la participación de los organismos de la Administración Central del Estado, sus representantes legales, las asambleas y gobiernos provinciales y municipales con la conducción del Partido Comunista de Cuba en ese empeño, y los convocó a avanzar para lograr mejores resultados, con una mirada diferente al Plan turquino.

Sentenció que queda un largo trecho para alcanzar la sustentabilidad de este programa, mejorar la calidad de vida de montañeses y cenagueros, para que esas zonas sigan siendo un bastión inexpugnable de la Revolución.

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