Regalos desde un afluente del Higuanojo
El escenario geográfico del patrimonio de la Estación Biológica Hoyo del Naranjal, de la Reserva Ecológica Lomas de Banao, regala postales impensables que incentivan conocer esos sitios, donde la conservación de los ecosistemas es distinción.
Más allá de los parajes intramontanos, los robustos cafetales, las áreas donde el ganado mayor y menor se desarrollan, la casona antigua, que guarda y regala mil historias, ese sitio invita.
Y lo hace con elementos interesantes que trae la corriente de uno de los afluentes del río Higuanojo, en su paso por Hoyo del Naranjal.
Saltos de agua que van desde lo minúsculo hasta la cascada Cortina Blanca sugieren desandar esos escenarios.
Aguas limpias, cristalinas, espumosas en cada descenso, quitas en pocetas que dejan ver cada detalle del fondo, cortejadas por un bosque tropical rico en especies, donde se refugian ejemplares interesantes de la fauna.
Hasta el Charco del Oro, que en una intrépida bajada desaparece por entre abruptas piedras para aparecer metros adelante, todo un suceso interesante.
Son esos, regalos que la naturaleza nos deja ver y que nos llama a la preservación.