Música bajo los tiros

Música bajo los tiros Julio Cueva intervino en varios proyectos musicales.

A partir de 1934 el músico trinitario Julio Cueva Díaz tuvo a sus pies a Madrid, Gijón, Bilbao. Cuando estalló la Guerra Civil Española, cuyo detonante resultó el golpe militar del general Francisco Franco el 17 de julio de 1936, el artista era miembro de una orquesta de valencianos en el teatro La Zarzuela.

Hacía tres meses que había ingresado en el Partido Comunista Español. Su esposa le suplicó retornar a Cuba; pero “yo no podía explicarle los motivos para no ausentarme de España en esos momentos. Entonces ella me contestó de que, si yo no me iba con ella, tampoco se iba y se quedó a mi lado durante los tres años que duró la guerra”, aseguró en su reseña autobiográfica.

Primero intervino en la batalla de Madrid, luego recaudó fondos para el frente republicano, y poco después vistió de combatiente, con el fusil en la mano y la trompeta a su espalda, en lo que sería la División 46, comandada por el cubano Policarpo Candón y que integró, además, Pablo de la Torriente Brau.

Esa fuerza republicana contaba con una banda de música, compuesta por más de medio centenar de profesores y al mando de esta, desde su fundación, estuvo el capitán Julio. La agrupación musical participaría en el recibimiento en el cuartel de Alcalá de Henares a los asistentes cubanos al Segundo Congreso Internacional para la Defensa de la Cultura (1937), entre ellos Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y Juan Marinello.

No obstante, bajo el bombardeo de la aviación enemiga, del fuego cruzado de la artillería, también permaneció Cueva Díaz. Quizás, el estremecimiento mayor le llegó cuando su trompeta tocó, lloró silencio en la despedida de su compañero Pablo de la Torriente, en Majadahonda. Se tiraron tres salvas —relató el propio Julio— , y a seguidas, el Himno Nacional sonó bravío en la trompeta del músico.

Poco más de dos años y medio después, el 1 de abril de 1939 la dictadura franquista vencía la resistencia republicana. Otra odisea comenzaba para el trinitario, quien, como otros cientos combatientes internacionalistas, pasó a Francia, donde estuvo internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer; su compañera se encontraba en otro.

—¡Julio Cueva, con sus maletas! ¡Preséntese en la dirección!, le advirtieron al cabo de 78 días de encierro.

A bordo del vapor inglés Órbita, partió rumbo a La Habana. El 6 de mayo de 1939 divisó, por fin, el torreón del Morro. Otra historia estaba por comenzar, que culminaría con el deceso de Julio Cueva el 31 de diciembre de 1975.

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Cultura

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