Mirelquis y su inclinación ganadera

El carretón dibuja surcos en el polvo cada mañana y sobre él, Mirelquis Morales Pérez, una joven campesina del municipio espirituano de Yaguajay, maneja las riendas del caballo con manos curtidas por los hilos invisibles de la vida dura del campo.

El periodista la sorprendió allí, entre el traqueteo de las ruedas y el aroma dulzón de la leche fresca que entrega todos los días para los niños y ancianos, no importa que llueva, truene o relampaguee.

Soy nacida y criada en el campo. Mis padres son campesinos. Siempre, desde que cogí las tierras y sus frutos, fueron a producir leche. Tengo una entrega mensual de 850 litros de leche. Al año son 8.909 litros. Estoy cumpliendo al 100%.

Tengo una entrega de 29 litros diario, que eso, al final del mes, cumple más de los 850 litros.

La empresa agroindustrial de granos Valle del Caonao le cedió, como quien dice, estas tierras a Yaguajay, pero ella las ha hecho suyas a fuerza de caricias y sacrificios.