Medicina Hiperbárica: Sanar el cuerpo y también el alma
Bienvenido estaba a punto de perder uno de los pies que sería amputado en orden de salvar el resto de la extremidad y, por supuesto, la vida. Tiene 60 años y, aunque ha visto de todo, como él mismo dice, cuando le dieron la noticia tembló como una hoja al verse a sí mismo imposibilitado de desplazarse por la casa a su antojo. “Si me cortan el pie me muero de la tristeza”, pensó.
Nervioso ante tanta preguntadera se mira las manos y cuenta que su situación empeoró al hacerse una quemadura por rozamiento. Entonces los especialistas apostaron por un “milagro” y fue enviado directo a la cámara hiperbárica del hospital Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, donde ya ha recibido 5 sesiones en una cámara “que parece que uno está metido dentro de un submarino” y sí…, llegó el milagro.
“Tengo falta de circulación en los dedos de los pies, principalmente por la diabetes y ya estaban casi desechos como para amputarlos; entonces los médicos se reunieron y se pusieron de acuerdo para pasarme por la cámara”, dice.
Con tan solo 5 sesiones ya es visible la mejoría, e incluso, los dedos han recuperado el color y la sensación: “Ya hay un cambio radical y estoy muy agradecido con los del servicio porque son personas especiales, son gente en extremo profesional y espero que sigan haciendo un buen trabajo. En lo personal me han salvado”, confiesa Bienvenido.
La cámara hiperbárica sobresale hoy en todo el país por la atención que brinda a pacientes adultos y en edad pediátrica.
Los especialistas también han sanado el cuerpo, el alma y la mente de Daily Herrera Ruíz, quien a sus 49 años lucha contra una proctitis asociada a radiaciones que recibió como parte de un tratamiento previo para vencer el cáncer.
Ella viaja a predios espirituanos desde la provincia de Villa Clara y se muestra esperanzada de recibir esta terapia para cicatrizar el intestino y disminuir una inflamación que provoca los sangrados.
¿Cuánto hace que recibe el tratamiento?
“Ya tuve un mes anteriormente y mejoré muchísimo, pero todavía no resuelvo porque es una recuperación muy lenta. Ya voy por mi segundo ciclo de tratamiento que es otro mes completo o sea 20 sesiones”.
¿Pero ha visto mejoría?
Sí, claro, como que no. De como yo llegué a como me ve ahora hay bastante diferencia (ríe).
¿Bueno…, y cómo llegó?
“Casi no podía ni caminar por los dolores; además tenía la hemoglobina muy baja y ya la tengo estable, al menos en 10. Los beneficios de respirar oxigeno puro son muchos, porque también tengo un trombo en el brazo izquierdo y la cámara me ha ayudado a desinflamarlo y eso es muy importante porque no te cambia de volumen el brazo”.
“Asimismo me ha ayudado para todos los problemas circulatorios, de hecho, tenía manchas en los pies de accidentes circulatorios anteriores como por ejemplo linfangitis y esas manchas se me han quitado prácticamente; o sea, te das cuenta de que ha habido una recuperación significativa a nivel linfático”.
LA CIENCIA DEL OXÍGENO PURO
Lisett Rodríguez Muro, al frente de la Sección, dice que aquí llegan personas desde las provincias cubanas de Cienfuegos y hasta Camagüey.
Con una experiencia acumulada de más de 15 años, la cámara hiperbárica ubicada dentro del mayor centro asistencial de la provincia de Sancti Spíritus, sobresale hoy en todo el país por la atención que brinda a pacientes adultos y en edad pediátrica.
De acuerdo con Lisett Rodríguez Muro, al frente de la Sección, desde las provincias cubanas de Cienfuegos y hasta Camagüey acuden personas a esta institución para recibir los beneficios de la oxigenación hiperbárica y combatir varias morbilidades.
Explicó que la estancia en este tipo de recipiente a una presión superior a la atmosférica produce ciertos efectos físicos y fisiológicos en toda persona sana o enferma que la ocupa.
“La experiencia ha sido muy interesante, al principio no tenía idea de lo que era la Medicina Hiperbárica y Subacuática (MHS) pero una vez que comencé a incursionar en el tema quedé fascinada. Para poder trabajar acá tuve que ir a La Habana a pasar la escalera certificativa (estrategia de superación de posgrado) en el Hospital Clínico Quirúrgico «Hermanos Ameijeiras» que es el centro nacional de referencia de esta especialidad en Cuba”.
Agregó que la MHS es una rama de la Medicina de Ambientes Especiales que comprende por una parte la Medicina Subacuática que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con el buceo y, por otro lado, la Oxigenación Hiperbárica como método de tratamiento.
Según Rodríguez Muro, las cámaras hiperbáricas se crearon, originalmente, para manejar las enfermedades relacionadas con el buceo, pero se observó la existencia de efectos terapéuticos generales del oxígeno administrado a alta presión, lo cual provoca que gran cantidad de este gas se disuelva en los líquidos corporales.
“Esto favorece la difusión y distribución del oxígeno en el organismo y ayuda a tratar otras enfermedades, con lo cual ampliamos su utilidad terapéutica. Ah, eso sí, para ello se necesita el empleo de recipientes herméticos, o sea, las cámaras hiperbáricas que permiten la compresión de los gases en un ambiente hiperbárico”.
Dentro de la cámara se administra oxígeno al 100% y la presión de tratamiento va desde 1.5 hasta 3 Atmósferas.
Al decir de la especialista, dentro de las patologías que más se atienden se encuentran el pie diabético isquémico neuro-infeccioso, las úlceras de miembro inferiores; pacientes con insuficiencias vasculares, la necrosis aséptica de la cabeza del fémur del adulto y la enfermedad de Perthes que afecta al niño; así como la enfermedad inflamatoria intestinal.
“Las sesiones de tratamiento duran una hora y diez minutos y son de lunes a viernes. El número de sesiones depende de la patología que presente el paciente y del protocolo establecido para cada una de estas”, comentó.
Dicha tecnología ha sido empleada en los últimos años en numerosos países del mundo con excelentes resultados clínicos y ahorro de recursos. En Cuba se incluyó la Medicina Subacuática en el Sistema Nacional de Salud desde 1966 y desde 1986 la Oxigenación Hiperbárica.
La especialista añadió que los pacientes son remitidos por los médicos de asistencia a través de un resumen de historia clínica y el tratamiento es indicado y controlado por los médicos del Servicio de Medicina Hiperbárica y Subacuática de acuerdo a la enfermedad en cuestión, los protocolos de tratamiento y el consentimiento informado.
Explicó que el éxito del tratamiento depende, en buena medida, de la puntualidad y asistencia del paciente, quien debe retirarse todo tipo de prendas y prótesis antes de la sesión y, si tiene algún tipo de drenaje, éste debe quedar abierto.
“Si la persona es citada para tratamiento en el horario de la mañana debe venir desayunado y si es por la tarde debe ingerir algún tipo de alimento antes de venir. Si es diabético debe extremar estas medidas”.
El paciente debe bañarse antes de cada sesión, lo cual incluye el lavado de cabeza y no usará ningún tipo de sustancia en el cuerpo. En casos de alguna lesión, se eliminará todo vestigio de ungüentos o pomadas y se dejará la menor cantidad posible de vendajes. Antes del tratamiento se evacuará la vejiga y se vestirá solamente la ropa entregada por los especialistas.
¿Qué tan palpables son los beneficios de este tipo de terapia?
“Gracias a las leyes de los gases se producen en el organismo efectos físicos y fisiológicos que conllevan a la mayor hiperoxia terapéutica conocida, beneficiando aquellas patologías donde el sustrato sea la hipoxia. He visto como mejoran los pacientes con polineuropatías periféricas y fibromialgia, por ejemplo, que son otras de las enfermedades que también atendemos aquí”.
¿Cuáles son las contraindicaciones y complicaciones de este tipo de terapia?
“Las contraindicaciones son relativas y están enfocadas a síntomas que interesen las vías respiratorias y los senos paranasales, fundamentalmente, como estado gripal agudo, bulas enfisematosas, sinusitis y otitis. Otras como la epilepsia, la hipertensión arterial no controlada, la claustrofobia; siempre previa valoración médica”.
“Las complicaciones, siempre que se cumpla lo establecido, no son frecuentes; y las más comunes son el barotrauma de oído y la convulsión por intoxicación por oxígeno; las cuales son resueltas sin dejar secuelas”.
¿Cuál es el caso qué más le ha impresionado hasta ahora?
“Nunca olvidaré un caso que tuve en La Habana mientras me preparaba en esta rama y está asociado al accidente de un ómnibus de turismo en la carretera del Circuito Sur en los límites entre Trinidad y Cienfuegos”.
“Durante el siniestro, el guía que venía con turistas rusos y franceses tuvo una lesión importante en el miembro superior derecho y todos pensábamos que se le iba a tener que amputar el brazo, pero el paciente se atendió, primero aquí en Sancti Spíritus y después se remitió para la capital del país, donde fue sometido a la cámara hiperbárica conjuntamente con la realización de varios injertos y, finalmente, a este señor se le pudo salvar la extremidad”.
“Ya aquí en Sancti Spíritus tuve un paciente adulto con necrosis avascular de la cabeza del fémur que llegó con dolor y claudicación de la marcha, síntomas que comenzaron a desaparecer desde el primer ciclo de tratamiento con oxigenación hiperbárica.”
ENTRAN EN SILLAS DE RUEDAS Y SALEN CAMINADO
Los pacientes son monitoreados antes de iniciar cada sesión.
Las palabras se enredaban en su boca. Era con sus ojos, a veces marchitos por el dolor que agradecía la voluntad y el empeño de un equipo médico que oxigena el sueño de volver caminar.
Ariel* había vuelto a nacer en Morón, su tierra de residencia. Un trauma craneoencefálico severo, provocado por un accidente en motocicleta, lo llevó al coma. Después de sobrevivirlo, manos espirituanas que han sido bálsamo para cientos de personas, remediaron su salud e inmortalizaron una historia que se repite una y otra vez, aunque con nombres diferentes.
De ello da fe el enfermero Pedro Miguel Díaz López, del equipo de la cámara hiperbárica del hospital espirituano, quien tomó lecciones en La Habana para ejercer en una rama que se estrenó en estos predios a inicios del presente siglo.
“El recipiente de la cámara que hoy tenemos fue construido en el año 1972, según el manual que trajo. Proviene de un buque de combate que funcionaba para hacerle prueba a los buzos. El Grupo Nacional decidió recuperar el equipo, y se reparó totalmente. Se colocó el aditamento nuevo, y se dispuso en función de la oxigenación hiperbárica a pacientes hospitalizados y ambulatorios aquí en el hospital”, recordó el especialista, quien muy pronto se enamoró de su nueva labor, pues había echado raíces en otros departamentos.
“Es una dicha tener esta cámara aquí, en el centro del país. Se trajo con mucha dificultad y la parte constructiva fue bastante compleja. Es un recipiente que pesa más de 3000 kilogramos. Su traslado tuvo su historia”, dijo.
Desde el punto de vista médico, ¿qué impacto tuvo la llegada de ese equipamiento en 2009?
“La cámara que existía aquí era una monoplaza que se movía con ruedas. Esta multiplaza es menos peligrosa, menos costosa, y permite la atención de varios pacientes a la vez. Ha sido un desafío mantener su vitalidad, porque no puede trabajar con imperfecciones. Todo debe estar calibrado como es, ya sea manómetro, ya sean puertas, juntas… Conoces todas nuestras limitaciones y ha sido un reto”, confesó.
El silencio y la pulcritud reinan puertas adentro del salón, muy cerca de una de las entradas al hospital Camilo Cienfuegos.
En una acogedora sala de estar, esperan pacientes con úlcera de pie diabético o con fracturas óseas; algunos, incluso, aquejados de accidentes vasculares encefálicos, traumas craneoencefálicos, fístulas y otros padecimientos, a quienes se les prescribe un tratamiento que supera los 500 dólares por sesión en muchos centros asistenciales del mundo.
Entre tanto ajetreo, el enfermero Pedro Miguel no esconde la satisfacción que se le imprime en el pecho cuando un paciente dice adiós con la sonrisa de oreja a oreja o con ojos humedecidos por la emoción de saberse recuperado, mientras estrecha sus manos para dejarle un pedazo de felicidad: “Recibimos pacientes, a veces en sillas de ruedas y hasta en camillas que logran la recuperación”.
“En el caso de los trastornos en el lenguaje o en la locomoción, ya sea una limitación del miembro inferior o miembro superior por accidentes cerebrovasculares, los hemos visto recuperar las funciones vitales y luego regresan, como lo hace a menudo Ariel, el de Morón, para recordarnos que cada día vale la pena vestir nuestra bata blanca y ponerle el corazón a la medicina cubana”, concluyó.
*El nombre real del paciente fue cambiado para proteger su identidad.
Todos los parámetros técnicos son supervisados rigurosamente.
INDICACIONES UNIVERSALMENTE ACEPTADAS PARA LA CÁMARA HIPERBÁRICA
- Síndrome por aplastamiento.
- Anemia por perdida de sangre excepcional.
- Osteomielitis crónica refractaria.
- Radionecrosis.
- Injertos y flaps comprometidos.
- Quemaduras térmicas.
- Abscesos intracraneales.
- Sordera súbita.
LAS CINCO INDICACIONES MAYORMENTE ACEPTADAS
- Accidentes cerebro-vasculares isquémicos agudos.
- Trauma craneal o contusión medular.
- Control y manejo de la esclerosis múltiple (escala de kurztke menor de 5).
- Cefalea esencial de difícil control.
- Necrosis aséptica de la cabeza femoral en niños. Enfermedad de perthes.
(Texto y fotos: Yeris del Sauzal y Yosdany Morejón)
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