Mariano Díaz: paradigma del boxeo espirituano

Mariano Díaz: paradigma del boxeo espirituano Mariano en un entrenamiento con uno de sus pupilos. Foto de Archivo.

Hace ya un año que se nos fue Mariano. El Rey de los golpes y las esquivas del boxeo de Sancti Spíritus. Aún me parece verlo en la Escuela de Iniciación Deportiva Lino Salabarría Pupo en un sparring, y con su elegancia enseñar a los jóvenes valores del pugilismo espirituano a tirar un gancho, un jab o con un juego de pies salir de un combate, cuerpo a cuerpo sobre el cuadrilátero.

La maldita COVID fue la causa de su pérdida. Como todo un gigante, en un sprint sobre el ring trataste de esquivar la parca. Pero la cruel enfermedad minó tu cuerpo de Titán. Y un uppercut bajo te dio la pandemia para ponerte fuera de combate.

A los grandes siempre se les recuerda, por eso te dedico esta crónica. Doce meses después de tu partida, aún Mariano que hay palabras adecuadas para consolar a tus seres queridos, amigos, y hermanos de mil batallas sobre el cuadrilátero de tu EIDE. Junto a Sehara, también desaparecido, Bárbaro, Justo y Royman, fuiste un formador de talentos, un amigo, un hermano, de esos que ya no se encuentran por doquier.

Mariano, desde el cielo de tu Sancti Spíritus querido ten la certeza de que las personas como tú solamente mueren cuando sus seres queridos las dejan de recordar, y eso nunca sucederá. Fuiste una persona excepcional que siempre estará en nuestros recuerdos.

Piensa que tuviste la oportunidad de compartir momentos maravillosos con una esposa fantástica, una hija excepcional, y que todos tus amigos estamos aquí para ayudarlas a superar ese sentimiento de dolor cruel, que labra, que mata.

Y me atrevo a decir que cientos de tus amigos, de tus pupilos, de esos que día a día te decían “profe” tienen su mente llena de recuerdos imborrables de los buenos y malos momentos que siempre compartieron juntos y que han quedado marcados con una huella que ni tu muerte la podrá borrar.

Mariano Díaz. Foto de Archivo

La vida nos depara a los seres humanos sorpresas, y tu partida, es una de ellas. Mariano, siempre te recordaremos como un luchador, como un verdadero guerrero que siempre se aferró a la vida y a pesar del virus que asoló tu cuerpo, costó trabajo que te dieras por vencido.

Has dejado un gran legado pues enseñaste a tus pupilos a ser perseverantes sin importar las circunstancias. Mariano Díaz Hernández siempre seguirás vivo, y desde hace doce meses, tus amigos cierran sus ojos, y sienten el vacío que has dejado, o podrán volver a llorar porque te has ido, o podrán sonreír porque has vivido.

Hace un año que te dimos el último adiós, seña de que no tenemos la vida asegurada. Hoy estamos en este mundo, y más tarde podemos estar partiendo hacia la eternidad. Descansa en paz campeón de los golpes y las esquivas. El boxeo espirituano siempre te tendrá como un paradigma.

 

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