Madres por naturaleza y por vocación cobijadas en una casita infantil

Tres mujeres, madres por naturaleza y por vocación, se reúnen hoy en las labores de educar a los niños de la casita infantil Los Vaqueritos de mi Reina, ubicada en la empresa láctea Rios Zaza, en la ciudad espirituana.

Abuela, madre e hija trabajan juntas desde hace poco menos de un año, brindando conocimientos y amor a sus pequeños educandos.

Edenia Cuéllar Díaz, la más experimentada de las tres, nos cuenta sobre su vínculo maternal con los niños:

«Niños que yo cuidé, cuando menos lo esperaba, regresaban y me decían: ‘¡Ay, pero si todavía la tía Edenia está aquí!’. Incluso, he cuidado a los hijos y hasta los nietos de los primeros pequeños que atendí.»

Sobre su relación con su hija y nieta, Edenia expresa con orgullo:

«Me siento feliz de que mi hija haya seguido mis pasos.»

Elizabeth Marín Cuéllar, coordinadora de la casita infantil de la empresa láctea e hija de Edenia, también comparte su sentir:

«Sigo los pasos de mi mamá con mucho orgullo. Ella es educadora fundadora del Círculo Infantil Lindos Capullitos, y me siento profundamente agradecida porque me enseñó a amar a los niños.»

Para Elizabeth, su mayor satisfacción está en las voces que, desde cualquier rincón de la ciudad, la llaman tía, reflejando el cariño que inspira en los pequeños.

Por su parte, Elizdenia Díaz Marín, hija de Elizabeth y nieta de Edenia, ha heredado la vocación educadora de su familia. Trabajar en equipo, afirma, es una experiencia enriquecedora:

«Aquí somos un colectivo, compañeras de trabajo, y aunque seamos madre, hija y nieta, el cariño sigue siendo el mismo. Además, contamos con el apoyo y el calor familiar, lo que hace esta labor aún más especial.»

A pocas jornadas de celebrarse el *Día de las Madres, este testimonio resalta la dedicación de estas mujeres que, desde sus responsabilidades diarias, hacen palpable el amor familiar en la casita infantil de la empresa láctea espirituana.

Con este trabajo, además, se reconoce el esfuerzo de quienes, muchas veces desde el anonimato, permiten que cientos de madres trabajadoras desempeñen sus funciones con la tranquilidad de saber que sus hijos están bien cuidados.