Los desafíos del agua
En Trinidad se distribuye el agua en pipas. Foto: Escambray.
Comentar sobre el abasto de agua en plena sequía resulta siempre un desafío porque, según cifras conservadoras, la escasez de ese líquido imprescindible golpea directamente hoy a más de 28 000 espirituanos, algunos de los cuales dependen de una pipa que llega cada 20 días a su barrio.
Y esa cifra oficial resulta bien cautelosa cuando se sabe, por ejemplo, que casi toda la ciudad de Trinidad, zonas importantes de la villa espirituana, áreas considerables de los municipios Fomento y Yaguajay, comunidades como El Saltadero y La Rana, por solo mencionar algunas poblaciones al azar, penan cada día por un simple cubo de agua.
En Sancti Spiritus están instalados equipos que en lugar de energía eléctrica utilizan paneles solares. Foto: Escambray.
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La crisis económica que hoy sufre el país y lo transversaliza todo también ha pesado sobre este servicio, donde la obsolescencia tecnológica y el exceso de años de explotación mucho se han hecho sentir en las estaciones de bombeo.
Durante los últimos años, la rotura de los equipos ha sido una constante aquí y la empresa de acueducto apenas ha logrado atenuar esta situación con los pocos recursos que ha tenido a mano y el innegable talento innovador de sus trabajadores y especialistas.
Sin embargo, por fortuna y gracias a la prioridad que el país le concede a este servicio, hoy se aprecia una luz al final del túnel con la entrada a la provincia de más de un centenar de equipos nuevos de bombeo, una verdadera bendición que no se recibía aquí por lo menos desde hace tres décadas.
Las nuevas bombas son instaladas por fuerzas especializadas de Acueducto en la provincia. Foto: Escambray.
Entre las buenas noticias sobresale la llegada hace unas semanas de las seis bombas grandes, modernas y costosas, que ya se instalan en la estación de Tuinucú, una labor compleja apoyada por varias entidades del territorio y cuya conclusión aún debe demorar.
Pero, según los expertos, la total puesta en funcionamiento de esos equipos, sin estrenar y con notable potencia, mucho aliviará el suministro de agua a las ciudades de Sancti Spíritus y Cabaiguán, donde podría percibirse una cobertura como en los buenos tiempos de ese servicio, incluso en las zonas más críticas.
Por otra parte, casi un centenar de comunidades espirituanas comienza a recibir el alivio con un bombeo continuo y de calidad, a partir del llamado cambio de matriz energética, que debe concluir en este mes y ha implicado la entrada de equipos híbridos, que funcionan con electricidad y luz solar.
En el caso específico de Trinidad, el abasto se ha potenciado además con la llegada de otros equipamientos reparados en talleres de la capital del país, los cuales se encuentran en fase de montaje y, una vez instalados, al menos disminuirán los ciclos de abasto de agua en pipas, afectados hoy por la escasez de combustible.
Trinidad vive la odisea del agua. Foto: Escambray.
Allí, igualmente, han continuado algunas labores de rehabilitación de las redes, que forman parte del nuevo acueducto de la villa, iniciado hace ya varios años, el cual podría retomarse próximamente, en dependencia de las negociaciones con los financistas extranjeros.
Pero todos los empeños que hoy buscan robustecer el servicio de acueducto en la provincia quedarían rencos sin el sentido común de los espirituanos, a quienes ahora les corresponderá evitar los habituales derroches de esa agua, que no es infinita ni mucho menos, y por la cual tantas familias llevan bastante tiempo esperando.
