Lo que dejó el 26 en Sancti Spíritus (+ fotos)

Lo que dejó el 26 en Sancti Spíritus (+ fotos)

Que el 26, como se acuñó  a todo cuanto generó el  otorgamiento a Sancti Spíritus de la sede nacional por el aniversario 71 de la gesta del Moncada, haya calado en la piel de los espirituanos es el mejor de los saldos de la celebración del importante suceso.

Y es que por algo más de un mes, el acontecimiento logró incorporarse al dialogo cotidiano de la gente y mucho más que eso a su quehacer porque removió las cimientes del territorio, aun cuando no todo haya quedado a pedir de boca y hayan subsistido para después muchas deudas de las que hablaremos más adelante.

Lo que sí resulta innegable es que el 26 logró despertar muchos lechones dormidos y avivó en la gente el espíritu del trabajo y la laboriosidad.

De otro modo no se explica que en el lapso de pocos más de un mes se hayan realizado acciones de gran alcance con impacto popular. Asomarse a cada pedazo de Sancti Spíritus permitió advertir a mucha, mucha gente que no durmió y que empató las horas bajo el sol o bajo el agua para impulsar las labores en tiempo récord.

Así, de la noche a la mañana, nació una nueva rotonda que retocó la belleza de la ciudad y un hotel como el Zaza, a punto de caerse por el deterioro de su paralización por años, comenzara a parecerse a lo que fue gracias al accionar de hombres y mujeres.

Foto: Alien Fernández.

Foto: Alien Fernández.

Algo similar pasó en otras obras del sector turístico, cuya reconstrucción se ha alargado en los meses, unas por falta de recurso, otras por falta de empuje, como le pasó a determinados sitios que al calor del 26, tomaron un segundo y hasta un tercer aire.

Lo dice la Unidad Quirúrgica del Hospital Pediátrico Provincial, que adelantó en un mes  lo que no había podido en casi un año, y otras áreas del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, sumido en una reconstrucción interminable.

El Pediátrico espirituano contará a partir de ahora con cuatro salones de operación, lo que duplica la capacidad anterior. Foto: Alien Fernández.

También puentes  como La Nela, cuya reparación mejoró los servicios ferroviarios, removidos por el reinicio de rutas como el tren espirituano.

La relatoría sería interminable dada la cantidad de obras que se repararon, se rehabilitaron  o se reanimaron en cada uno de los sectores de la provincia, porque el contagio llegó a todos los municipios.

Como sucedió a lo largo y ancho del territorio, la ciudad del Yayabo se retocó en sus colores, aun cuando semanas atrás su cumpleaños 510, llenó de pinturas las fachadas y paredes. Y la ciudad también se limpió y se higienizó, que mucho le hacía falta, como mismo otros poblados.

La escuela primaria Miguel Calzada de Topes de Collantes ha recibido una reparación capital en saludo al 26 de Julio. Fotos: Osley González.

El 26 se expresó en las nuevas bicicletas de los carteros, los pisos de tierra que se eliminaron, el parque infantil que cobró vida en Cuatro Esquinas de Padua en Cabaiguán,  el renacimiento de la escuela primaria Miguel Calzada de Topes de Collantes, los nuevos surcos que le nacieron la tierra o el modulo de alimentos que llegó gratuito.

El 26 sumó voluntades y hermanó un poco a la gente y en muchas partes se borraron los límites divisorios entre estatales y no estatales.

Y si se quiere encontrar un símbolo de hasta dónde llegaron los espirituanos con la inyección del 26, solo hay que subir la vista hasta el tanque elevado del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, que impulsó a hombres que desafiaron el peligro y escalaron las alturas para pintarlo y ponerle nombre a eso que llaman motivación y sentido de pertenencia más allá de los pagos que pudieran recibir por su altruismo.

Quizás porque en medio del entusiasmo por lograr la sede se propuso un programa demasiado ambicioso para tan poco tiempo, muchas obras no pudieron terminarse y de hecho no pudieron fungir como inauguraciones porque si queremos ser serios a la altura de lo implica un 26, no puede cortarse una cinta allí donde no están todas las condiciones para comenzar a prestar servicios. De todas maneras, valga más el despertar que sumirse en la quietud o a la espera de que lleguen los milagros.

En el variopinto escenario de la opinión popular algunos aun sostienen, que si esta es la mejor provincia cómo estarán las otras, en alusión a todo lo que en materia de insatisfacciones quedan en todas partes.  Y habrá que tener también en cuenta esta matriz de opinión.

Jóvenes espirituanos dan su aporte las obras por el-26-de-julio. Foto: Facebook.

Ya que se trata de un suceso trascendente, pasado el aluvión del 26 y para seguir siendo consecuente con él, habrá que retomar su ADN para terminar lo que quedó a medias, lo que no se pudo empezar  y para dotar de calidad lo que ahora no lo tuvo como la pavimentación de no pocas calles y así no desvirtuar todo lo que para bien se hizo y para que la cultura del buen gusto y el detalle, no sea un slogan. Y habrá que estimular también la cultura del cuidado ciudadano.

Tal como lo acuñó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermudesz en su visita al hotel Zaza, el 26 motivó a los espirituanos y eso es una verdad del tamaño de esta tierra.

Dejó lecciones, según señaló el presidente, para que no se dejen deteriorar los lugares como mismo sucedió con la emblemática instalación y luego haya que recurrir a una inversión cuantiosa en momentos en que al país no le sobra el dinero.

CMF-36 Pedrero Arriba. Foto: José A. Ramírez

El 26 contaminó  para bien al político, al dirigente, pero también al obrero, al campesino, al joven, al anciano, al espirituano de a pie.

Que sus aires sigan soplando en esta tierra es todo cuanto hace falta para que lo que dejó, perdure y se multiplique.

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