La zafra azucarera y la espada de Damocles
La zafra azucarera por fin terminó en la provincia espirituana que es lo mismo que decir en la Empresa Melanio Hernández.
La campaña dejó una estela de esfuerzos de hombres y mujeres pero, dejó más allá del incumplimiento del plan que ya era conocido, una saga de improductividad achacable en buena parte a la falta de recursos básicos desde el inicio.
Que la zafra azucarera haya llegado a inicios de julio dice por sí solo que aunque la apuesta fue “poder producir hasta el último gramo de azúcar a cualquier costo” más de la mitad de los 190 días empleados para fabricarla no aportaron casi nada a ese empeño, o sea, que en la zafra más larga que recogen los anales de la historia azucarera espirituana apenas se pudieron producir cerca de 16 mil toneladas, el 76% del programa previsto pero, en sus días de más que fueron casi tres meses el central taguasquense apenas pudo producir unas mil toneladas porque además de las afectaciones que tuvo durante todo el calendario con la falta de combustible, lubricantes y piezas la zafra se metió en el período que por derecho le corresponde a las lluvias y a eso en términos que reconoce el propio director del central no puede llamársele justamente zafra.
Ahí entonces se agravaron los problemas de la cosecha cañera y el ingenio agrandó su tiempo perdido, al punto que durante toda la zafra estuvo más parado que moliendo por lo que se resintieron los indicadores de eficiencia, aún cuando como ya dijimos antes, hayan sido los menos malos del país con un rendimiento potencial de la caña por ejemplo aprovechado el 87 % cuando lo óptimo es el 90.
Nada pudo evitar que se moliera caña a destiempo lo cual acentúa la mala calidad de la materia prima ya afectada por los bajos break aunque según el Director de la Empresa Melanio Hernández el azúcar tuvo calidad aceptable.
Ello más el sobrecumplimiento en el aporte energético y las producciones de derivados hizo que los trabajadores no se resintieran tanto el incumplimiento ya que el central superó los 200 millones de pesos de utilidades.
Para el Melanio terminó la zafra y ya casi empieza la otra, ya que están inmersos en sus reparaciones, atrasadas por el alargamiento al tiempo que los campos exigen también que su gente se gire hacia la siembra.
La zafra cerró y deja también una deuda que se expresa más allá de los contornos del central , mucho más porque hace más de un mes falta el azúcar en la canasta familiar normada en Cuba por primera vez en décadas y eso es lo que más se parece a una espada de Damocles para los azucareros cubanos.
No te pierdas nada. Únete al canal en WhatsApp de Radio Sancti Spíritus.