Frederich Cepeda, el legado continúa
Aquel joven de apellido Cepeda y nombre impronunciable, ganador de la triple corona de bateo entre el caudal de talento y renombre en el 2003 durante la segunda Súper Liga, se reencontró con la gloria 22 contiendas después cuando este jueves levantó el título de la III Liga Élite del Béisbol Cubano con el uniforme de Ciego de Ávila, como colofón a la temporada en que se convirtió en el rey del hit en la Isla.
De Centrales a Tigres, de los 23 a los 45 años, Frederich responde a los mismos credos, esos que están vinculados de forma directa con las costuras de la pelota y lo han llevado a los distintos escenarios del mundo, a razón de destreza, sacrificio y una elegancia como muy pocos una vez que salta a la grama.
Frederich Cepeda espera turno durante el juego final, que le dió el título a Ciego de Ávila de la III Liga Élite, en el estadio Julio Antonio Mella de Las Tunas, Cuba, el 4 de junio de 2025. ACN FOTO/ Angel Antonio CHIMENO PEREZ/ ogm
Referente para muchas generaciones, cita obligada a la hora de hablar de las estrellas del pasatiempo criollo, Cepeda mereció el galardón de Jugador Más Valioso en la postemporada, aunque el espirituano ponderó los logros colectivos por encima de los individuales.
«Yo solo fui uno más que se sumó al equipo, lo demás lo pusieron ellos, se trabajó bien fuerte y logramos el objetivo, nadie nos daba como favoritos al principio, pero con unidad y divirtiéndonos en el terreno a lo largo del transcurso de la competencia en definitiva logramos la victoria», comentó en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias.
Acerca de las buenas dinámicas expuestas por los avileños en el desarrollo del evento, el recordista en imparables con 2537 enfatizó que “hicimos un gran conjunto, con buena química, disfrutamos no solo en el choque, sino en el entrenamiento también”.
El veterano de 28 campañas, distribuidas entre nueve selecciones, extiende con cada swing ese amor idílico por el deporte de las bolas y los strikes, por ello, pese al cúmulo etario, sigue ajeno a la idea de abandonar las aventuras en el diamante.
«La veo como una temporada más, pero sin pensar aún en el retiro, por tanto me prepararé mejor para el próximo certamen, remarcó Cepeda, quien dedica bastante tiempo y, sobre todo, seriedad al período de acondicionamiento bajo dosificaciones particulares.»
Con su andar sosegado, casi imperceptible, esparce lecciones durante los nueve innings, por lo que algunos ya atinan a erigirlo como otro entrenador dentro de la plantilla, pues a decir del bateador designado, “estoy siempre aportando consejos a los demás muchachos, con la única ambición de ayudar a que consigan sus metas”.
Para alguien que ha inscrito por méritos propios su nombre en la historia del juego, ciertas aspiraciones le brotan desde casa porque un nuevo heredero reclama la mística del 24 para agrandar todavía más el legado de los Cepeda.
«Quiero compartir con él en Series Nacionales, estoy contento por la participación que tuvo en la Serie Provincial en Sancti Spíritus y lo que ha hecho en la categoría juvenil, de ahí que esté entre los destacados para integrar el sub-23», confesó con la mirada de un padre orgulloso.
Al indagar sobre los venideros propósitos de un hombre que ha palpado el triunfo en disímiles oportunidades, la respuesta delata la sencillez de un enamorado a ese arte de golpear una pieza de cuero con un madero; ¡Mantenerme saludable para seguir en el ruedo!
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