La primera alerta que salva vidas (+ infografía)
Defensa Civil de Cuba
En Cuba, la cultura de la prevención no espera a que el desastre ocurra para actuar: comienza mucho antes, desde el primer indicio de riesgo. Esta anticipación se materializa en el Sistema Nacional de Reducción del Riesgo de Desastres, cuyo primer escalón es la Fase Informativa. Lejos de ser una simple advertencia, esta etapa constituye una ventana crítica de tiempo y conciencia que permite a las instituciones y a la ciudadanía prepararse con calma, orden y responsabilidad ante la posible ocurrencia de un fenómeno hidrometeorológico u otro evento de desastre.
La Fase Informativa se declara cuando los órganos técnicos —especialmente el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología— identifican la posibilidad de que un peligro (como una tormenta tropical, un sistema frontal, lluvias intensas o vientos severos) pueda afectar al país en los próximos días. En ese momento, se emite una nota oficial que especifica el tipo de amenaza y se activan los órganos de mando y dirección para situaciones de desastre a todos los niveles: nacional, provincial y municipal. Presididos por los primeros secretarios del Partido Comunista en cada territorio, estos Consejos de Defensa inician la movilización de los recursos humanos y materiales previstos en los planes correspondientes, y puntualizan las medidas de aseguramiento en sectores vitales como salud, energía, abasto de agua y transporte.
Aunque en esta fase no se imponen restricciones al movimiento ni se suspenden actividades cotidianas, su valor radica en convertir la información en acción preventiva. Es el momento ideal para que cada familia revise o elabore su plan de protección: identificar rutas seguras, acordar puntos de encuentro y definir si el lugar más seguro para resguardarse es el propio hogar, una vivienda de familiares o un refugio comunitario. También se recomienda preparar con anticipación el bolso de emergencia, incluyendo documentos personales, medicamentos esenciales, alimentos no perecederos, agua potable, linterna, radio y baterías. En el entorno físico, conviene reforzar puertas, ventanas y techos ligeros con sacos llenos de arena o tierra, y verificar que las vías de acceso a la vivienda estén despejadas.
En el ámbito rural, la Fase Informativa exige atención especial al manejo de los recursos agropecuarios: se sugiere trasladar hacia la losa sanitaria convenida aquellos animales que, en caso de emergencia, puedan requerir sacrificio controlado. Asimismo, quienes participan como observadores voluntarios o gestionan un Punto de Alerta Temprana deben comprobar el funcionamiento de sus sistemas de comunicación y estar listos para reportar datos sobre niveles de ríos, micropresas u otras variables hidrometeorológicas.
Mantenerse informado es, en esta etapa, una responsabilidad colectiva. La población debe atender los avisos oficiales del Instituto de Meteorología y las indicaciones de las autoridades locales, evitando rumores o informaciones no verificadas. La Fase Informativa no busca generar temor, sino conciencia, organización y proactividad. En Cuba, la verdadera fuerza ante los desastres no está solo en la respuesta rápida, sino en la preparación oportuna. Y esa preparación comienza, precisamente, con saber qué hacer antes de que el peligro llegue.
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