Escuela Abel Santamaría y su apuesta por desafiar al bloqueo
En medio de uno de los escenarios más complejos que haya enfrentado Cuba, Lairen Rodríguez Gómez, madre de dos niños de la provincia de Sancti Spíritus con miopía, agradece todos los días la posibilidad de que sus hijos cuenten con atención profesional y tratamiento en la Escuela especial Abel Santamaría Cuadrado, de esta ciudad.
Aunque esta espirituana conoce de sobra las limitaciones que enfrentan sectores como el de Salud o Educación, sobre todo, por el recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial que desde hace más de 60 años impone Estados Unidos a la Isla, a ella le sobran razones para reconocer el desempeño de quienes libran una verdadera pelea contra esta política.
Ubicada en un pequeño inmueble, en una de las zonas más concurridas de la urbe, en la institución llevan de la mano la docencia y la rehabilitación visual, labor esta última para la que cuentan con una consulta especializada donde técnicos y optometristas ofrecen seguimiento semanal a los pequeños del centro y de otras instalaciones educativas del territorio.
Dairí Valdivia Medina, directora del plantel en el que se trabajan de manera particular las especialidades de estrábicos y ambliopes, explicó a la ACN que cada aula cuenta con una maestra y una auxiliar y una matrícula de seis a ocho estudiantes de prescolar a cuarto grado, pues según criterios médicos hasta los nueve años se pueden revertir los efectos de estos padecimientos.
De acuerdo con las patologías de los niños, se les aplica tratamiento con flash para estimular la retina, detalló; sin embargo, acotó, en los últimos tiempos se nos ha complejizado mucho el trabajo clínico enfocado en la rehabilitación visual, porque es muy específico y requiere de equipos de alta tecnología que, además de su costo, a la nación le resulta difícil de adquirir cualquiera de sus partes o piezas.
Sin embargo, a juzgar por el cariño y el respeto que reciben quienes se adentran en el recinto, aquí NO se han cruzado de brazos ante las medidas impuestas para obstaculizar el desarrollo de la Mayor de las Antillas.
Utilizamos diferentes estrategias como los colores en los márgenes de las libretas, la elaboración de medios de enseñanza acorde a sus necesidades, lo importante es que ellos avancen, insistió.
Al referirse al equipamiento de la consulta, Edurne Ferrera Fernández, licenciada en Optometría, y Dairí Valdivia Medina fueron enfáticas ante estos reporteros: los cuidamos como un tesoro, son equipos con muchos años de explotación y, cuando se rompen, los electromédicos hacen una labor digna de admirar, apuntaron.
Y en todo ello, es imprescindible, además, el apoyo de la familia y el claustro de la escuela, el cual está conformado por defectólogos y maestros primarios que mucho empeño ponen en su constante capacitación para conocer a fondo las necesidades intelectuales o sensoriales de estos infantes.
Hace más de dos décadas, Miriaxis Ramírez Hernández se desempeña como maestra en la “Abel Santamaría Cuadrado” y mientras sigue con la mirada cada movimiento de sus alumnos con discapacidad visual, confiesa cuánto le apasiona su profesión y la satisfacción que le produce verlos crecer poco a poco.
Nosotros impartimos el programa general de la enseñanza primaria, pero ajustado a las necesidades visuales de los educandos y para esto, cuando planificamos el contenido, se tienen en cuenta, por ejemplo, el tiempo en el que reciben sus tratamientos, si son atendidos en consulta, el grado de dificultad que presentan, subrayó.
Ramírez Hernández significó la importancia de que el educador trabaje muy de cerca con las indicaciones médicas, que se prepare, puesto que se requiere escribir más grande de lo acostumbrado, acercar los infantes a la pizarra, motivarlos con juegos didácticos.
Varios de los pequeños que transitan por aquí han ido luego a la Escuela Elemental de Arte Ernesto Lecuona o al Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Eusebio Olivera Rodríguez y, en sentido general, hay buen criterio de su formación, puntualizó y es esta, tal vez, la mejor de las muestras de que, pese a las carencias y dificultades, mucho se hace desde sus aulas por la salud de los pinos nuevos.
Aun cuando el tratamiento de estrábicos, ambliopes o miopías altas figuran entre las principales patologías trabajadas en el centro, en la “Abel Santamaría Cuadrado” se han atendido, a su vez, a los tres primeros casos de la provincia espirituana con implantes cocleares, otro de los programas del que Cuba se enorgullece hoy.
En los próximos días, la nación caribeña presentará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el informe sobre los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, documento en el cual se recoge que entre el 1 de marzo de 2022 y el 28 de febrero de 2023 las afectaciones causadas por esta política se calculan en cuatro mil 867 millones de dólares.