En Sancti Spíritus, la solidaridad encuentra asiento entre ruedas y volantes

Dicen que la solidaridad no necesita aplausos, pero cuando llega ilumina como un faro en medio del camino.

Este año, la agencia Taxis Cuba de Sanctia Spíritus detuvo el reloj de la rutina para reconocer a 122 taxistas que, más allá de conducir un vehículo, lo han hecho con esperanza y respeto.

Cada amanecer, cuando la ciudad está desierta y las calles frías, ellos arrancan motores con un destino muy especial.

Trasladar a más de un centenar de pacientes con tratamiento de hemodiálisis hacia el Hospital General Camilo Cienfuegos de esta provincia.

No son simples viajes para los conductores del servicio regular de la agencia Taxis Cuba.

Son recorridos que llevan en sus asientos la vida misma, la tranquilidad de las familias, la certeza de que alguien espera en la puerta para ayudar.

En cada trayecto, los choferes se convierten en compañeros silenciosos de quienes libran una batalla diaria contra una enfermedad.

Conocen sus nombres, las historias y los silencios.

Han aprendido a distinguir la mirada, el gesto de alivio, la sonrisa que agradece sin palabras.

Y aunque su trabajo parece rutinario, cada kilómetro guarda un gesto de humanidad.

Por eso, el reconocimiento no es solo un diploma ni un aplauso.

Es la confirmación de que la sociedad agradece a quienes hacen de la carretera un puente hacia la vida.

Son 122 taxistas espirituanos, pero en realidad son 122 guardianes que saben que cada minuto cuenta cuando se trata de salvar la salud.

Los taxistas de hemodiálisis recorren kilómetros, muchas veces por comunidades intrincadas, caminos estrechos o carreteras desgastadas, porque al final de ese trayecto alguien espera con urgencia.

Tres veces por semana, pacientes de distintos municipios confían en que sus taxis llegarán puntuales, como un reloj sin fallas.

Y en cada viaje se escribe una historia de confianza.

La de un enfermo que llega a tiempo, la de una familia que respira tranquila, la de un territorio que reconoce la sencillez de un servicio de transporte como este.

En Sancti Spiritus, la solidaridad también tiene ruedas, tiene volante y se llama compromiso.