En cada barrio, Revolución

En cada barrio, Revolución

La historia de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) es, en buena medida, la historia de la Revolución cubana misma, de su capacidad para organizar a las mayorías y convertirlas en protagonistas de la defensa y construcción de la nación.

Corría el 28 de septiembre de 1960 cuando, desde el balcón del antiguo Palacio Presidencial, Fidel Castro anunció la creación de esta peculiar organización. Lo hizo mientras se escuchaban detonaciones de bombas colocadas por elementos contrarrevolucionarios en distintas zonas de La Habana. Ese contexto fue determinante: apenas un año después del triunfo de enero de 1959, la Revolución enfrentaba agresiones abiertas desde el exterior y sabotajes internos destinados a sembrar el miedo y la división.

La respuesta fue inmediata y profundamente popular. “Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria”, dijo Fidel ante una multitud que lo aclamaba. En aquel instante nacieron los CDR, con el propósito inicial de garantizar la seguridad en cada cuadra, detectar actividades enemigas y evitar que los planes de desestabilización lograran su cometido.

Con el tiempo, los CDR se convirtieron en la estructura de base más sólida de la Revolución, encargada de movilizar a las comunidades en campañas de vacunación, donaciones de sangre, jornadas de limpieza e iniciativas culturales y deportivas.

Desde su surgimiento, los CDR jugaron un papel decisivo en el enfrentamiento a las epidemias y en la distribución de alimentos y bienes básicos en tiempos de dificultad; también fueron claves en la formación de valores de solidaridad, civismo y responsabilidad colectiva, al organizar tareas que involucraban a toda la familia y reforzaban la identidad del barrio como célula fundamental de la sociedad.

Más de seis décadas después de su fundación, siguen presentes en cada cuadra, con una membresía que abarca a millones de cubanos. Su permanencia ha estado marcada por la capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos y a las cambiantes prioridades de la sociedad.

Durante la etapa más dura de la pandemia de la COVID-19, los CDR desempeñaron un rol vital en la identificación de personas vulnerables, la distribución de alimentos y medicamentos, y el acompañamiento a quienes debían cumplir con el aislamiento.

En la actualidad, sus tareas abarcan desde el apoyo a la salud pública hasta la participación en el ahorro energético, la vigilancia para prevenir hechos delictivos y la organización de actividades culturales.

Hoy, cuando el país enfrenta nuevos retos económicos y sociales, los CDR no son una reliquia del pasado, sino una obra viva, tejida día a día en cada barrio, en cada cuadra, en cada familia cubana. Son, como dijera Fidel, “la guardia eterna de la Revolución”, y su permanencia hasta confirma que el espíritu colectivo, la solidaridad y la defensa de la patria siguen siendo valores esenciales del pueblo cubano.

Fuentes: Cubadebate, Cubahora, Escambray

No te pierdas nada. Únete al canal en WhatsApp de  Radio Sancti Spíritus.

#

Noticia,  Cuba ,  ,  

Deja un comentario

Aún no hay comentarios. Sé el primero en realizar uno.

También te sugerimos

Programación en vivo
Ahora:

Sigue a Radio Sancti Spíritus