Elecciones municipales: Urnas abiertas ante la vista de todos

Con la mano derecha aferrada a su bastón y con la izquierda al brazo de su nieto Yoandry, la abuela Concha llegó este domingo a su colegio electoral del reparto espirituano Los Olivos bien temprano en la mañana.

Esta vivencia no resultó única este 27 de noviembre, cuando Sancti Spíritus, al igual que todo nuestro archipiélago, se llenó de colegios electorales para allí elegir al delegado de la circunscripción del Poder Popular, es decir, al representante de nuestro barrio o comunidad ante las Asambleas Municipales de Gobierno.

¿Quiénes fueron nuestros nominados? El maestro de nuestros hijos o nietos, que vio convertida esta vez su aula en colegio electoral; el científico que no vaciló en aceptar la nominación, aunque sabe que tendrá que inventarle más horas al día para cumplir con sus nuevas funciones.

Nadie vino a nuestro barrio a imponernos los candidatos a delegados del Poder Popular; a ellos, los nominamos nosotros, a mano alzada y a la vista de todos; son espirituanos, son cubanos que comparten nuestras esperanzas y carencias cotidianas; no son seres de otras galaxias, sino que viven nuestro día a día. Al elegirlos, valoramos dos virtudes: sus méritos y la capacidad, condiciones indispensables para que su futuro ejercicio como delegado del Poder Popular eche raíces profundas en la comunidad.

Y justo cuando el día daba ya paso a la noche, cerraron los colegios electorales, y con apego a la ley, se abrieron las urnas ante la vista de todos para el proceder de rigor. Cada boleta fue contada una a una. Así elegimos a nuestros delegados y, por ello, la abuela Concha quiso ir a votar, y la vimos en el reparto espirituano de Los Olivos, con su mano derecha aferrada al bastón y la izquierda a su joven nieto.