El silencio de las ruinas
Allí están, despiertas siempre, al amparo de los amaneceres tibios, de los ocasos bajo la brisa suave de las montañas, del bravo sol de todos los tiempos.
Sus paredes esconden el lamento de los negros arrancado por el látigo del mayoral, del sudor, del olor de la caña recién cortada.
Al desnudo, sus ladrillos hablan, piden se les escuche.
Las amplias habitaciones de la rectangular edificación de lo que fuera herrería y enfermería de esclavos guardan historias que se retuercen en cada porción de ese espacio del antiguo Ingenio San Fco. Javier o Manacas Iznaga que se encuentra ubicado en el km 15 de la carretera Trinidad – Sancti Spíritus.
Puede estar a la sombra de la enorme torre, de la mirada desde lo alto, de la casa hacienda, pero su presencia es sempiterna, aunque el tiempo, los tiempos y los haceres endeudados persistan.
No son ruinas, son historia viva, que busca la luz, porque el sendero está ahí, presto a quien quiera acariciar una porción de un ayer imprescindible.
Allí, con todas sus revelaciones, la enfermería de esclavos cuenta su historia. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
Desde las ruinas de la otrora enfermería de esclavos y herrería, Manaca Iznaga se redescubre. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
Vista de parte de la antigua enfermería de esclavos de Manaca Iznaga. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
Las ruinas hablan desde su silencio. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
Desde sus huellas, la historia cobra matices. Foto: Oscar Alfonso Sosa.
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