El boom del otaku en Cuba
El Día Mundial del Otaku, celebrado cada 15 de diciembre, ha cobrado una relevancia especial en Cuba, donde en los últimos años la comunidad otaku ha experimentado un notable crecimiento y consolidación como movimiento cultural juvenil.
El término otaku nació en Japón en los años 80, inicialmente con una connotación despectiva para referirse a personas con aficiones obsesivas, especialmente hacia el manga y el anime. Sin embargo, con el tiempo, la palabra se resignificó y hoy identifica a millones de jóvenes en todo el mundo que celebran su pasión por la cultura japonesa.
Aunque no es una efeméride oficial, el Día Mundial del Otaku se ha extendido gracias a las redes sociales y plataformas digitales, que permiten a los aficionados compartir experiencias, organizar eventos y difundir contenidos.
En la isla, este movimiento comenzó a visibilizarse a finales de los años 90 y principios de los 2000, cuando el acceso a series de anime como Dragon Ball, Naruto o Sailor Moon se popularizó a través de copias en VHS, discos compactos y posteriormente el llamado Paquete Semanal. Estas vías alternativas de distribución fueron cruciales para que los jóvenes cubanos se acercaran a un universo que, por las limitaciones tecnológicas y económicas, parecía lejano.
En los últimos años, el desarrollo del movimiento otaku en Cuba ha sido evidente. Se han multiplicado los eventos temáticos en ciudades como La Habana, Cienfuegos y Santiago de Cuba, donde se organizan convenciones, concursos de cosplay y proyecciones colectivas. Estos espacios no solo permiten disfrutar del anime y el manga, sino también crear comunidades de intercambio cultural y artístico.
Uno de los aspectos más llamativos del fenómeno otaku en Cuba es el auge del cosplay, la práctica de disfrazarse como personajes de anime, manga o videojuegos. A pesar de las dificultades para conseguir materiales y accesorios, los jóvenes cubanos han demostrado una gran creatividad, al confeccionar trajes con recursos locales y adaptarlos a las técnicas artesanales.
La expansión del acceso a Internet en Cuba ha sido otro factor clave. Plataformas como Facebook, Telegram y TikTok han permitido que los otakus cubanos se conecten con comunidades internacionales, compartan sus creaciones y organicen actividades. Grupos como “Otaku Cuba” o “Anime Habana” reúnen a miles de miembros que discuten sobre estrenos, recomiendan mangas y coordinan encuentros presenciales.
El Día Mundial del Otaku en Cuba no solo es una celebración de entretenimiento, sino también un puente cultural entre Japón y la isla. La pasión por el anime y el manga ha despertado interés en la lengua japonesa, la gastronomía y las tradiciones niponas. En universidades y centros culturales se han abierto talleres de idioma y actividades relacionadas con Japón, muchas veces impulsadas por la propia comunidad otaku.
Cada 15 de diciembre miles de jóvenes en la isla se suman a la fiesta mundial del otaku, con lo cual reafirman que la cultura japonesa ha encontrado un lugar vibrante y fértil en el Caribe.
Fuentes: Juventud Rebelde, La Jiribilla
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