El Bijabo multiplica las producciones
Este es un hermoso campo verde en la Cooperativa de Crédito y Servicios Miguel A. Bodes, asumida en usufructo por los jóvenes Yoslandy Rodríguez Alonso y su hermano Yoel, curtidos desde niños en el duro bregar del campo,a quienes les sobran las ganas para producir.
«Tuvimos que dejar los estudios al terminar el noveno grado,nuestro padre necesitaba de nosotros en el surco,así que es la tierra quien nos lo ha dado todo. Siempre soñamos con tener mucha tierra, en Cabaiguán sólo teníamos 5 hectáreas. Llegar a El Bijabo era completar los anhelos de siempre de producir mucho y de todo; me gustaba estudiar, pero el viejo estaba enfermo hasta que falleció y nosotros continuamos sus pasos,de ahí ese sentimiento de sembrar y sembrar,todo lo alcanzado se lo debo a la tierra».
Estas tierras son una fortuna…
«Sí,es un regalo de la naturaleza. De un pequeño sitio,aquí tenemos hoy en producción 150 hectáreas,existen ahora 40 hectáreas de malanga chopo y de la tradicional 5,plantamos 2 de boniato, 5 de frutabomba, otras 10 de plátano,2 de yuca y estamos preparando tierra para añadir 13 de calabaza e igual cantidad de frijol caupí».
El empeño campesino está hoy en reforzar las atenciones a los cultivos.
¿Cómo se comportan los resultados?
«Bueno, somos dos los dueños y con nosotros hay una importante fuerza de trabajo que ya forma parte de esta finca. Eso ha sido fundamental para hacer grandes campañas».
¿Qué destino tienen esas producciones?
«Bueno, en lo fundamental van para Acopio. La malanga el año pasado fue hasta para La Habana,se cubren dietas médicas en el municipio y la provincia. En ocasiones, dada la falta de efectivo, hacemos ventas en etapas pico a otros proveedores,pero tratamos dr que nuestros productos son para el encargo estatal».
En medio de tantas limitaciones, ¿cómo se las arreglan?
«Nos ayudan en lo que se puede,el fertilizante y el combustible nos llegan con ayuda,hay que ver cómo seguimos escapando para este año que habrá siembras más grandes.Además de la Empresa Agropecuaria, tenemos convenios con la Azucarera Melanio Hernández para su autoconsumo,todas las relaciones aportan comida y a nosotros recursos para seguir».
El destacado campesino comprueba la calidad de la fertilización ofrecida a los campos de la malanga tradicional.
Fundamentales son los sistemas de riego…
«Sí,son eléctricos y tenemos la tecnología de los enrolladores,pero la actual contingencia energética nos ha llevado recio. La malanga se ha sentido mucho en su crecimiento,hace poco no tuvimos corriente por 10 días al romperse un transformador y con los apagones es muy difícil asegurar el riego; ahora, no nos rendimos, vamos a ver cómo recuperamos la malanga. Este es nuestro negocio, si no sembramos en cantidad del dinero no aparece y quiebra la economía familiar. Además, todo se ha encarecido y debemos hacer grandes inversiones siempre,ese es también buen remedio para no elevar los precios de nuestros productos,así soportamos los costos.Actualmente Acopio tiene buenos precios y paga rápido».
Magníficos estos jóvenes con deseos y voluntad campesina; quienes dignifican el campo cubano con sus brazos incansables para hacer producir la tierra, sueños hechos realidad en El Bijabo taguasquense, bien pegadito al Río Zaza.
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