El aroma del tabaco sol en palo en la provincia sigue enrarecido

El aroma del tabaco sol en palo en la provincia sigue enrarecido Foto Ilustrativa: Luis Machado Ordetx

El aroma del tabaco sol en palo en la provincia sigue enrarecido y lanza llamas peligrosas hacia el futuro, si la envoltura que hoy se manosea desde decisiones nacionales no amarra bien la plaga que lo azota: los precios de compra.

La amenaza se enraizó en la actual campaña cuando la provincia sembró menos de la mitad del área prevista, porque los productores de esta modalidad se negaron a sembrar un cultivo que de manera general,  no es rentable  y da más pérdidas que dinero.

Y eso que previo a la campaña se anunciaron medidas que se pensaron fueran un incentivo, pero a la hora de las cuentas el bolsillo se resintió cuando se dedujeron los gastos excesivos para producir  tabaco con el palo en medio de una inflación que eleva cada vez más los costos por  lo caro de los insumos y de la mano de obra.

Así algunos de los que ya se habían contratado se retiraron de las vegas para sumar hojas al humo de la depresión. La problemática se arrecia más ante la competencia desleal de esta modalidad milenaria con la más lucrativa del tabaco tapado, potenciado por todos los contornos  al ser el  sostén de la exportación de este rubro en Cuba y el que garantiza mayores ingresos en divisas.

Las cifras explican el fenómeno: mientras la tonelada de sol en palo ronda los 143 mil pesos cubanos la tonelada,  el mismo volumen de tapado puede superar los 609 mil pesos cubanos como promedio, sumados unos 12-13 mil  mlc,  que no tiene su compañero de vega.

Pero mantener la modalidad sol en palo en Sancti Spiritus como en el país es más que un asunto cultural y de apego a tradiciones. Si se siembra es porque aun le hace falta a esta economía a la que cada vez más se le descuelgan opciones exportables y de producción nacional.

De hecho casi está en juego la bandera que enarbola esta  provincia como la segunda productora de tabaco detrás de Pinar del Rio, fundamentalmente por el área de solo en palo, que aun en su contracción sigue siendo mayoría en el esquema productivo tabacalero. En la presente campaña el 66 % pertenece a esta modalidad de ahí la urgencia no ya de rescatarla, sino de frenar al menos su disminución galopante.

Y si la comparación de una campaña a otra es sustancial, mucho más lo es el referente de hace una década cuando en la provincia se sembraban unas 2 MIL 800 hectáreas, mientras en la actual va barranca abajo con apenas  485.

El descenso es tan brutal como el impacto. Con el sol en palo al borde de la quiebra, otros aromas se enrarecen y no solo la pérdida de sentido de pertenencia de un cultivo que exige especialización y es la principal fuente de ingreso de cientos de productores espirituanos.

Están en riesgo además, la infraestructura de una rama diseñada para asimilar la producción de unas cuatro mil hectáreas cuando hoy se subutiliza con solo  unas 700, un fenómeno que afecta el empleo de cerca de dos mil personas, casi todas mujeres en las escogidas.

Y aunque al final es un vicio, también es un derecho. Ya que es el sostén de la producción de cigarrillos y de algunas  exportaciones, hasta los fumadores inhalan un humo raro por la ausencia en el mercado de este renglón, sin contar que la producción mercantil del territorio se lo siente como también la agrícola si tenemos en cuenta que muchas áreas tabacaleras suelen rotarse con cultivos varios

Es verdad que la suerte del sol en palo es similar a otras producciones nacionales con mucho más impacto en las necesidades perentorias de la gente.

Lo que sucede es que mientras se tratan de amarrar desde arriba precios que realmente incentiven y borren las diferencias abismales entre el tapado y el sol en palo,  aun no se ha podido definir la contratación de  la próxima campaña, mientras la plaga de la extinción ronda las vegas de este ultimo.

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