Drogas: ¿broma juvenil?

Drogas: ¿broma juvenil? Foto: Lograda con IA.

Tengo 21 años y de la forma que empecé en la droga fue de una manera muy casual, estando en la esquina de un barrio con el grupo de amigos y la droga un día llega y comienza a joderlo todo, por así decir.

Al principio todo parecía una broma juvenil, reírse sin control, olvidarse de las penas, incluso flotar, pero la desconexión a la cual aspiraba le costó amigos, familia y casi la cordura.

Y ahí ya cuando era varias veces al día consumía esto y me sentía bien al principio, pero, después la cosa era fea.

Me distancié de muchas personas, vendí prendas personales mías como para que nunca me faltara, porque estaba bastante adicto con esto.

Bueno, hubo una noche después de una fiesta que me fumé unos cuantos seguidos y vomité bastante.

Yo pensé que me iba a morir en ese momento, esa fue la peor experiencia que pasé.

Eso me tocó bastante porque vomité, vomité, vomité, que yo pensé que me quedé sin poder moverme casi, como paralizado.

¿Qué sentiste en ese momento además de lo físico, que estabas tocando fondo? En el principio no pensaba en eso, en el principio yo solo pensaba en seguir y en seguir, pero como que Dios me dio un cocotazo y me ayudó a salir de esto.

El regreso fue lento y a tientas.

Aprendió a escribir lo que sentía, a hablar con otros muchachos que también se habían perdido, a ayudar a quienes llegaban por vez primera con la mirada ida.

Mi madre sí sospechaba bastante, incluso ella un día habló conmigo y me dijo que si estaba metido en algo eso del químico, porque ella sí sabía del químico, no se imaginó nunca que yo lo consumiera, ella me decía que no me metiera en ese mundo y yo sí estaba metido.

La historia de este joven no es única, pero sí necesaria, porque en tiempos en que el químico puede esconderse en la esquina más insospechada, contar que hay una salida también es una forma de resistir.

Lo que me ha mantenido alejado de esto ahora es concentrarme en mi familia, en las personas que me quieren, porque al final esto es un mundo bastante feo.

Perdí amigos y eso es algo que no se le desea a nadie.

Actualmente me siento bastante bien, totalmente recuperado, ya no tengo vicios ni de cigarros.

Estoy concentrado en el estudio, estudio en la universidad, estoy en el segundo año de Licenciatura en Lenguas Extranjeras, y concentrado en mi familia, en hacer sentir bien a las personas que me quieren.

Ahora, cuando la ciudad de Sancti Spíritus respira en calma, él mira hacia atrás sin rencor.

Sabe que del abismo también se puede volver y ha aprendido que la vida puede astillarse, pero también puede pulirse hasta recuperar la forma.

Les digo a los jóvenes que se alejen bastante de esto, porque esto la verdad que no da nada.

Parece muy bonito, pero adentro, después, eso es lo más malo del mundo.

(A petición suya, el nombre se omitió para proteger su identidad).

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