¿Cómo Sancti Spíritus salva la casa común?

Con su pluma privilegiada, José Martí escribió: «La naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Con mucha menos poesía y el sentido práctico de estos tiempos, todos sabemos que sin el cuidado de esa especie de casa común donde habitamos se suicida el presente e hipoteca el futuro.

Esa certeza como un escudo precede por estos días una congratulación especial a Sancti Spíritus: por sus resultados integrales con un notable sustento científico, la provincia resultó escogida como sede para el acto nacional por el Día del Medio Ambiente, a celebrarse este 5 de junio.

Entre esos palpables resultados logrados aquí aparece una treintena de microbuses eléctricos, popularmente conocidos como Ecomóviles, que hoy alivian de forma significativa el transporte urbano en la villa del Yayabo.

Esta idea, que se pretende ampliar y perfeccionar, contribuye al cambio de la matriz energética, a partir de aportes de los Ministerios de Transporte, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, así como la Empresa Militar Industrial Francisco Aguiar.

Además, durante el 2024 se actualizaron los Planes de Manejo de las Áreas Protegidas Lomas de Fomento, Lebrije, Tunas de Zaza y Jobo Rosado, a la vez que se aprobaron otras tres: Hornos de Cal, Sierra Las Damas y Manatí, espacios todos donde se trabaja para el fomento, cuidado y conservación de su vida silvestre.

En estos momentos, Sancti Spíritus ya cuenta con un sistema de 17 Áreas Protegidas, la mayoría de ellas aprobadas y con administración. Esta especie de tesoro natural abarca más del 30 por ciento de la geografía del territorio, espacio que pudiera crecer próximamente con la declaración de dos nuevos Refugios de Vida Silvestre en los deltas de los ríos Higuanojo y Agabama.

La cosecha espirituana a favor de la naturaleza también incluye en los últimos tiempos la estrategia para la transición hacia una economía circular, con un resultado ya reconocido, por ejemplo, en la disminución de la contaminación por microplásticos.

En ese sentido, la Cooperativa No Agropecuaria La Esperanza, de Fomento, ha ganado fama y aplausos por el empleo de plásticos en bienes duraderos como muebles, cestos para la recoger desechos, madera plástica para cubierta de techos, pasarelas en playas y hoteles; reparación de sillas de ruedas y camillas.

En ese propio municipio se puso en marcha una fábrica única en el país para el reciclaje de neumáticos; y se montó un molino de áridos en la Unidad Mármoles Centro, con vistas al aprovechamiento de los desechos de ese material para la construcción de viviendas.

La jornada a favor del medio ambiente aquí también premia por su desempeño a muchos otros nombres: desde Laminados Concepción y el hotel Iberostar Grand Trinidad, hasta la División Territorial de Etecsa y la Reserva Ecológica Lomas de Banao.

El imperativo de buscar soluciones para cuidar el medio ambiente transversaliza toda la vida económica y social de Sancti Spíritus, donde quedan muchos asuntos pendientes en el tintero.

Por ejemplo, una salida urgente para la recogida de desechos sólidos que hoy invaden los espacios urbanos, el incremento de la cobertura boscosa y remedios que ayuden a salvar la degradación del suelo donde pisamos, por solo mencionar algunos de los lamentos más recurrentes que aún persisten aquí en la naturaleza, un bien propiedad de todos.