¿Cómo pasar la Nochebuena en la Cuba de hoy?
En medio de las complejidades económicas que atraviesa el país, la creatividad y la solidaridad se convierten en ingredientes esenciales para mantener viva la tradición
La Nochebuena, fecha entrañable para las familias cubanas, se acerca con la expectativa de compartir en torno a la mesa. En medio de las complejidades económicas que atraviesa el país, la creatividad y la solidaridad se convierten en ingredientes esenciales para mantener viva la tradición. Este 24 de diciembre, más allá de las limitaciones, los hogares cubanos se preparan para celebrar con ingenio, rescatar recetas de antaño y adaptarlas a la realidad de hoy.
Históricamente, la cena de Nochebuena en Cuba ha estado marcada por platos emblemáticos como el cerdo asado, el arroz congrí, la yuca con mojo y los dulces caseros. Sin embargo, el contexto actual obliga a replantear las formas de preparación y a sustituir ingredientes según disponibilidad. Esta reinvención reafirma la capacidad del pueblo para mantener sus costumbres con creatividad y resistencia.
En barrios y comunidades, muchas familias optan por compartir los recursos disponibles. La cooperación entre vecinos permite que, aunque no todos puedan acceder a un cerdo entero, se preparen variantes más modestas: trozos de carne de cerdo al horno, pollo marinado o incluso pescado, según lo que se logre adquirir en los mercados locales.
Radio Sancti Spíritus ofrece a sus lectores algunas ideas para la cena del 24 de diciembre.
Cerdo al horno en porciones pequeñas: En lugar del tradicional lechón asado, se emplean cortes más accesibles como costillas o lomo. Se adoban con ajo, naranja agria y especias locales, logrando el sabor característico que evoca la tradición.
Arroz congrí con frijoles negros: Aunque el frijol colorado es escaso, el negro sigue siendo protagonista en muchas mesas. Cocinado con un sofrito sencillo, acompañado de laurel y comino, mantiene la esencia de la receta.
Yuca hervida con mojo criollo: La yuca, más asequible en los mercados agropecuarios, se convierte en acompañante infaltable. El mojo, preparado con ajo, cebolla y aceite, se ajusta según lo que se tenga a mano.
Dulces caseros:Ante la ausencia de huevo para preparaciones rebuscadas, pudín de pan o casquitos de guayaba con queso son alternativas que, con pocos ingredientes, garantizan el toque dulce de la celebración.
Más allá de los platos, la cena de Nochebuena en la Cuba de hoy simboliza unión y esperanza. En muchos hogares, la preparación de los alimentos se convierte en un acto colectivo: familiares que se reúnen desde temprano para cocinar, vecinos que intercambian productos, jóvenes que aportan nuevas ideas culinarias.
La mesa, aunque más sencilla, sigue siendo el espacio donde se renuevan los lazos afectivos y se agradece por lo alcanzado durante el año. La tradición se mantiene viva porque no depende únicamente de la abundancia, sino del espíritu de compartir.
Fuentes: Cubadebate, Cubahora, Cubasí
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