Camilo, vuelo a la eternidad
Una tormenta y el mar segaron la vida, el 28 de octubre de 1959, del último de los combatientes enrolados en la expedición del yate Granma y de uno los más carismáticos jefes guerrilleros, Camilo Cienfuegos Gorriarán, Comandante del Ejército Rebelde desde abril de 1959 por decisión de Fidel, máximo jefe de la fuerza desplegada en las montañas orientales.
En correspondencia con la estrategia diseñada por el también líder de la Generación del Centenario de extender la guerra al resto de la isla para derrotar la dictadura batistiana, el 21 de agosto de 1958 el Señor de la Vanguardia, al mando de la Columna Invasora No. 2 Antonio Maceo, partió desde la Sierra Maestra rumbo occidente. La tropa rebelde ingresó a tierras villareñas el 7 de octubre, fecha que marcó la fundación del Frente Norte de Las Villas, cuya acción bélica más notable lo constituyó la batalla de Yaguajay, concluida el 31 de diciembre y protagonizada por Camilo Cienfuegos.
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE UN HÉROE
El 21 de octubre de 1959, el Comandante Camilo Cienfuegos, jefe del Estado Mayor del Ejército Rebelde, arribó al aeropuerto de Camagüey a las seis de la mañana para cumplir una misión de Fidel y Raúl: poner fin a la intentona sediciosa tramada por Hubert Matos, al frente del Regimiento No. 2 Agramonte y cuyo accionar divisionista y anticomunista en esa provincia, obstaculizaba la implementación de las leyes revolucionarias. Luego de visitar la Jefatura Provincial de Policía, el Héroe de Yaguajay llegó a las siete aproximadamente al campamento militar donde se había atrincherado el traidor.
El Señor de la Vanguardia retornó a La Habana el 25 de octubre, después de reorganizar el ejército en la tierra agramontina y efectuar cambios en el gobierno de la provincia.
La historia recoge que el 26 de octubre, desde el Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, se dirigió por última vez al pueblo, en el acto contra el criminal ametrallamiento de la capital por aviones piratas. “Tan alto como el pico invencible del Turquino es hoy el apoyo de este pueblo cubano a la Revolución, que se hizo para este pueblo cubano”, le aseguró a la multitud allí concentrada.
A punto de mediodía del 28 de octubre, Camilo salió rumbo a Camagüey en avión, tripulado por el piloto Luciano Fariñas. Lo acompañaban, igualmente, el capitán Senén Casas Regueiro y el sargento Félix Rodríguez en función de escolta. Camilo y Rodríguez descendieron en el aeropuerto camagüeyano, mientras Fariñas continuó viaje a Santiago de Cuba para llevar a Casas Regueiro. A las cuatro y cuarenta de la tarde, estaba de vuelta para recoger al Héroe de Yaguajay. El despegue hacia la capital se produjo a las seis y un minuto. El Cessna jamás tocó tierra nuevamente.
Al día siguiente, a pesar del empeño puesto por ubicarlo, el Señor de la Vanguardia no apareció en ninguno de los lugares en que se suponía podía encontrarse. Fidel, Raúl, Juan Almeida, Ernesto Guevara y otros dirigentes se reunieron en la jefatura de la Fuerza Aérea Revolucionaria e iniciaron los preparativos de la búsqueda.
En la noche del 12 de noviembre, Fidel compareció ante las cámaras de la televisión para informar a la opinión pública los detalles relacionados con la búsqueda y desaparición de Camilo y sus acompañantes. “Y el consuelo que debe tener nuestro pueblo es que en el pueblo hay muchos Camilos”, indicó el líder de la Revolución, quien encabezó personalmente las acciones para encontrar al Comandante rebelde.
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