Anapistas espirituanos buscarán respuesta a demandas impostergables
Aunque la Asamblea Provincial de Balance de la ANAP está por abrir su telón de debate, los campesinos espirituanos abrieron hace rato las de su Congreso, desde que el proceso llegó a la base hace meses y luego transitó por los diferentes municipios.
Desde esos momentos salieron a flor de tierra cuanta preocupación e inquietud ocupan a los hombres del campo, en un escenario que se ha transformado de manera profunda en los cinco años que los separan del último Congreso.
Pocos han sentido como los productores los cambios experimentados por la sociedad cubana, que les ha impuesto desafíos impensables un quinquenio atrás, mucho más en esta provincia cuya economía descansa en grado sumo en la producción agrícola.
En ese lapso se contrajeron aún más los insumos, al punto que hoy por la canalita casi no llega nada, y todo se encareció, hasta la fuerza de trabajo, que hoy cuesta un ojo de la cara, a los hombres que a pesar de los pesares no han renunciado a la tierra.
En ese lapso todas las producciones provenientes de la agricultura se contrajeron de manera drástica, y hoy los saldos son irrisorios desde la producción de arroz, caña de azúcar, hasta la carne de cerdo, ganado, vacuno y menor, café, o son cuando menos incapaces de solventar las demandas en líneas como el tabaco, la miel, la leche.
Por eso el debate precongreso se ha centrado en aquellos tópicos que frenan el empeño de incrementar esas producciones, cuando el país pide a gritos respuestas internas desde la tierra para mitigar las importaciones, sobre todo de alimentos.
No son pocas las medidas y decretos adoptados en Cuba para favorecer las producciones campesinas y estimular el trabajo hacia el campo, mas ninguna ha hecho posible despertar al menos no a la manera que el país necesita y exige.
Conocedores de la imposibilidad del país de respaldar las producciones del agro, los campesinos en buena parte han asumido el reto, y muchos se han atemperado a los dictados económicos y hoy compran sus insumos hasta en dólares, el que puede, por supuesto.
Muchos producen a oscuras cuando el apagón los obliga a regar, si tienen agua, hasta en horas de la madrugada.
No es entonces hacia las condiciones objetivas del país que se han dirigido los reclamos de los hombres y mujeres de la tierra en Sancti Spíritus.
Es hacia aquellas trabas internas que le limitan mayor avance y por eso entre las inquietudes prevalecen tópicos como los impagos de diferentes renglones, la bancarización que les atora el dinero ganado a puro sudor, las medidas que le hacen gastar el combustible que no le sobra para comprar el propio combustible que tienen que pagar en dólares.
Los reclamos abarcan los desbalances de precios de compra de renglones como el café, que como en el caso de la leche, condiciona los desvíos y las ventas ilegales para poder sustentar la mantención diaria de las familias.
El debate precongreso de la ANAP no ha andado por las ramas, por eso ha sacudido también decisiones que hoy limitan a ese sector de los beneficios de la jubilación, como si se trataran de trabajadores de otro planeta y no de los que sostienen a este país, no solo por lo que pueden aportarle, sino porque muchas cooperativas hoy se sabe son el sostén de comunidades enteras.
Falta no obstante hurgar en las reservas de un sector llamado a recuperar el protagonismo de antaño en momentos en que el país apuesta sin lograrlo por la soberanía alimentaria, por el fortalecimiento de valores, por la supervivencia como nación.
Esas serán en horas las urgencias que ocuparán el escenario de la Asamblea Provincial de la ANAP en Sancti Spíritus, que busca respuestas urgentes a demandas impostergables.