Vocación, ciencia y liderazgo: el sello de Rosaida en LABIOFAM

En un sector históricamente dominado por hombres, Rosaida Pérez López ha logrado construir un camino propio, firme y profundamente humano. Doctora en medicina veterinaria por vocación y directiva por convicción, lleva más de treinta años dedicada a la agricultura, la salud animal y la investigación científica. Desde hace una década dirige la Empresa de Laboratorios Biológicos Farmacéuticos LABIOFAM Sancti Spíritus, una de las empresas más estratégicas del país, y lo hace con una mezcla poco común de sensibilidad, rigor profesional y una pasión inquebrantable por su profesión.

Una vida laboral marcada por la constancia

Rosaida comenzó su trayectoria en 1993, recién graduada de Medicina Veterinaria. Desde entonces, su vida profesional ha estado estrechamente vinculada al sector agropecuario. Trabajó como episotióloga en el Instituto de Medicina Veterinaria y, aunque tuvo una pausa de tres años como funcionaria del Partido en el municipio de Fomento, nunca se alejó del compromiso con la salud animal ni de su vínculo con LABIOFAM.

“Siempre tuve relación con LABIOFAM porque es quien garantiza el 98% de los medicamentos que utilizan los animales en Cuba”, recuerda. Esa cercanía profesional, unida a su amor por la veterinaria, la condujo naturalmente a la empresa que hoy dirige.

Una mujer que lidera desde la vocación

Cuando habla de su profesión, la emoción la desborda. “Yo soy veterinaria porque quise serlo. Podía haber estudiado lo que quisiera, pero siempre dije que sería veterinaria porque tenía amor por los animales”. Esa vocación temprana se convirtió en la brújula que ha guiado toda su vida laboral.

Su formación científica ha sido clave para dirigir LABIOFAM, una empresa que hoy no solo produce medicamentos veterinarios, sino que también desarrolla bioproductos agrícolas y soluciones para el manejo ambiental. “La esencia nuestra sigue siendo la salud animal, pero hoy estamos diversificados. La veterinaria me ha ayudado muchísimo a entender y conducir ese crecimiento”.

Ciencia, innovación y liderazgo femenino

Aunque la dirección ocupa gran parte de su tiempo, Rosaida no ha renunciado a la investigación. Participa activamente en foros científicos, pertenece a la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores, ANIR y ostenta la condición 8 de Octubre de esa organización, un reconocimiento que valora profundamente.

Entre sus aportes más significativos destaca la creación, junto a otros especialistas, de una loción antibacterial durante la pandemia COVID ‑19, un producto que tuvo un impacto notable en la población. También impulsó la integración de la clínica veterinaria con la farmacia, un modelo que mejoró la atención a los animales y optimizó el funcionamiento interno.

Uno de sus logros más innovadores ha sido la implementación del comercio electrónico en LABIOFAM. Con el apoyo de los informáticos, creó la tienda virtual de la entidad, que ya ha generado más de seis millones de pesos y ha ampliado las opciones de acceso para la población.

Actualmente trabaja en un procedimiento para perfeccionar la investigación y el desarrollo dentro de la empresa, como parte de su tesis de maestría en Dirección. Su objetivo: conectar de manera más efectiva la innovación con los programas nacionales del país.

LABIOFAM: su escuela y su casa

Cuando se le pregunta qué significa para ella entregar tantos años a LABIOFAM, no duda: “Ha sido la mejor escuela de mi vida”. Allí alcanzó madurez profesional, aprendió a dirigir, a escuchar, a transformar. “LABIOFAM enamora. Es una empresa donde se puede hacer de todo, y yo la he visto crecer. Me alegra mucho ser parte de ese crecimiento”.

Al mirar atrás, Rosaida no solo reconoce los años dedicados a LABIOFAM: reconoce el camino que ha construido con disciplina, sensibilidad y una fe inquebrantable en la capacidad de la mujer para transformar realidades.

En un gremio donde durante décadas predominó la voz masculina, ella ha demostrado que la excelencia no tiene género y que la pasión por la ciencia puede convertirse en una fuerza capaz de mover estructuras enteras.

Rosaida no dirige únicamente una institución; inspira a otras mujeres a creer que también pueden hacerlo. Y en esa inspiración, quizás, reside su mayor legado.