Una vida dedicada a la Educación Especial
Fidel García Jacomino ha dedicado más de 40 años a la Educación Especial en la provincia de Sancti Spiritus, una profesión a la que ha entregado sus mejores energías.
Graduado en el año 1981 de la antigua Escuela Formadora de Maestros Rafael María de Mendive de esta ciudad, devenida hoy Universidad de Sancti Spíritus José Martí.
¿Qué lo motivo a escoger esta noble profesión?
Yo ingresé en la Formadora de Maestros una vez terminado mi sexto grado, cuando integraba el grupo de Guerrilleros de la enseñanza, y fue donde nació esa motivación por la noble tarea de educar.
Una vez allí y transcurrido los cinco años me gradué como Maestro Primario, nos ofertaron varias carreras que en aquel entonces se estudiaban en La Habanay dentro de ella estaba la especialidad de Logopedia, que fue la que más me gustó porque tenía que ver con el trastorno de lenguaje y la comunicación.
Estuve dos años en la capital del país donde me hice Logopeda, regresé a Sancti Spíritus y continué mis estudios universitarios mediante curso dirigido durante seis años en Santa Clara y obtuve mi licenciatura, proseguí mi superación hasta alcanzar la categoría de Master en Ciencias de la Educación. Ha sido una superación constante.

Graduado en el año 1981 de la antigua Escuela Formadora de Maestros Rafael María de Mendive de esta ciudad, devenida hoy Universidad de Sancti Spíritus José Martí. Foto: Ada González Curbelo
¿Cómo fueron los inicios frente a un aula?
Bueno yo he transitado por varias escuelas de esta enseñanza como Logopeda, trabajé en la Escuela de Conducta cuando se abrió aquí en Sancti Spíritus en el año 1981; en la escuela especial Frank País García, centro donde permanecí por varios años en esa misma especialidad; ya después por necesidades del territorio pasé a la Dirección de la Escuela de Sordos e Hipoacusicos Rafael Morales por espacio de un años y posteriormente vuelvo a ejercer como Logopeda en la escuela Protesta de Jarao.
Ya al abrirse la Escuela de Trastornos Severo del Lenguaje en Sancti Spíritus comencé a dirigir ese centro, donde permanecí por un periodo de 6 años, una escuela que fue Vanguardia Nacional, centro de referencia a nivel de país, con un colectivo muy unido, donde trabajaba con niños que tenían trastornos severos en el lenguaje por afectaciones cerebrales; los niños no hablaban, ni se comunicaban. Allí formamos un equipo de trabajo muy importante que también fue reconocido a nivel país.
En esa escuela, debido al trabajo arduo se escaseó la matrícula y sus aulas pasan en la escuela Efraín Alfonso, y en ese entonces comienzo un año sabático en la Universidad donde tomamos mucha experiencia, ya de ahí salgo a dirigir la Escuela especial Efraín Alfonso; luego pasé para la Dirección Provincial como Metodólogo Integral, donde permanezco laborando en esos momentos.

Foto: Ada González Curbelo
¿Trayectoria laboral?
Te puedo decir que he participado en todo los colectivos de autores en la especialidades que yo atiendo que en este caso es Trastornos del lenguaje y la comunicación, Dificultades generalizadas para el aprendizaje y Trastornos del espectro de Autista.
Dentro de esos Colectivos de autores tuve la oportunidad de compartir con otros dos compañeros a nivel de país de elaborar los cuadernos de trabajo de dificultades generalizadas para el aprendizaje. En mi caso elaboré el de tercer grado, que ahora se aplica en todo el país en las escuelas especiales y se retoma también para los niños en el contexto regular nuestro para motivar los procesos psíquicos afectados.
Tuve la oportunidad de realizar varios trabajos investigativos, en esto la experiencia de uno y el deseo de hacer cosas buenas y el amor por la Educación Especial, lo lleva hacer investigaciones científicas en el área de la Logopedia, el autismo, en los problemas generalizados del aprendizaje incluso sordos.
Todo esto me ha permitido un amplio bagaje de conocimientos, para elaborar esos programas, y la posibilidad de participar en varios eventos municipales, provinciales, nacionales y hasta internacionales de la CELAE.
¿Qué reconocimiento atesora en su aval?
He recibido algunas condecoraciones, dentro de ellas la Distinción por la Educación Cubana, Educador Ejemplar, la Medalla Rafael María de Mendive y la José Tey, así como la de Proeza laboral.
He sido Vanguardia municipal, provincial y nacional, y así ha sido una extensa trayectoria a lo largo que estos años que me he dedicado a la Educación Especial en estos predios.
¿Se siente Fidelito realizado con su trabajo?
En sentido general me siento muy orgulloso de haber dedicado la mayor parte de mi vida a esta profesión, una profesión muy noble. No me arrepiento nunca de haber tomado esa carrera, porque a decir verdad la llevo en mi sangre. Los que me conocen saben que le he dedicado la vida entera con tremendo amor a la Educación Especial que, como dice el lema de nosotros, es una obra de sublime de amor.
Es una enseñanza muy sensible, en todos los sentidos y mientras pueda y la salud lo permita, seguiré trabajando en ella, pues es lo que me motiva, lo que se hacer y lo que me gusta y como ya le dije, amo la Educación Especial.

Foto: Ada González Curbelo
Ya suman más de cuatro décadas de entrega a esta profesión donde ha dejado huellas y grandes enseñanza. ¿Qué piensa al respecto?
Sí, son más de cuarenta años trabajando directamente con los niños, con el personal, enseñando para enseñar, para buscar una eficiencia metodológica en el trabajo con esos niños que son especiales y siempre por encima de todo, el trato, la huella que se debe dejar en el personal docente con el comprometimiento de enseñar y hacerlo cada día mejor, esa es mi máxima.
En esta provincia hay muy buenos profesionales en la Educación Especial que dedican por entero su vida a esta noble enseñanza. Tenemos personas jubiladas reincorporadas con una vasta experiencia y que hoy contribuyen de cierta manera a enseñar con amor a quienes se forman en esta profesión.
Y sí, pienso que sí hemos dejado una huella en los profesionales, en los niños, en las familias y en muchas personas que aman la Educación Especial, y que ven a uno como un paradigma precisamente por el hecho del ejemplo y la entrega a lo que hago.
¿Qué debe caracterizar a un maestro de la Educación Especial?
Lo primero es el amor a los niños, la entrega, la sensibilidad humana aun cuando en sus conocimientos le falten mucho todavía para lograr ser un profesional de alta calificación y este en curso de ello.
Cuando se trabaja con amor, usted aprende, tiene deseos de hacer la cosas mucho mejor, usted es capaz de captar lo que se le dice y ponerlo en función de esos niños especiales, porque no hay nada en la vida que escape al amor. Cuando se hacen las cosas con amor, se logra todo.
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