El rostro de la Revolución: la historia de la foto más icónica del Che Guevara
En el imaginario colectivo cubano y mundial, pocas imágenes tienen la fuerza simbólica de la famosa fotografía del Comandante Ernesto Guevara, tomada por el artista cubano del lente Alberto Korda el 5 de marzo de 1960. Es, sin dudas, uno de los retratos más reproducidos en la historia, símbolo de rebeldía, idealismo y lucha contra la injusticia.
Ese instante célebre fue capturado en La Habana, durante el acto en homenaje a las víctimas del atentado al vapor francés La Coubre, que había explotado el día anterior en el puerto habanero y había causado la muerte de más de 100 personas. El acto, realizado en la esquina de 23 y 12, fue encabezado por el Comandante en Jefe Fidel Castro y congregó a miles de cubanos. En ese momento, el Che era Ministro de Industrias del gobierno revolucionario.
Alberto Korda, fotógrafo oficial del diario Revolución, asistía al evento para cubrirlo gráficamente. Durante el discurso de Fidel, Korda notó que el Che apareció brevemente entre bambalinas, con la mirada firme, ceño fruncido, vestido con su habitual boina con estrella y chaqueta militar. En solo segundos, Korda hizo dos disparos con su cámara Leica. En uno de ellos, quedó inmortalizada una expresión que él mismo describió como de “rabia y dolor”.
Lo curioso es que, en su momento, la foto no tuvo mayor difusión. No fue publicada por el periódico y permaneció en el archivo personal del fotógrafo. Pasaron siete años antes de que la imagen cobrara notoriedad internacional. En 1967, tras la muerte del Che en Bolivia, el editor italiano Giangiacomo Feltrinelli viajó a Cuba en busca de material gráfico para ilustrar una biografía del guerrillero. Korda le regaló una copia de la foto, sin imaginar su destino.
Feltrinelli la utilizó para promover la figura del Che en Europa y la imagen comenzó a multiplicarse en carteles, banderas, camisetas, murales… Se transformó en emblema de los movimientos juveniles y revolucionarios de la década del 60, 70 y más allá. En muy poco tiempo, el rostro del Che pasó de ser un retrato personal a convertirse en símbolo universal de resistencia.
La fuerza de la imagen radica en su composición y en lo que transmite: la mirada desafiante y firme del Che, ligeramente elevada, da la sensación de estar contemplando un horizonte más allá del momento inmediato, como si anticipara su destino y el de las causas por las que luchaba. La estética es sencilla, pero poderosa: fondo neutro, luz natural, rostro centrado. Es la imagen del idealismo revolucionario en su máxima expresión.
Sin embargo, la paradoja no se ha hecho esperar. Con el tiempo, esta imagen, nacida en un contexto de lucha antimperialista, ha sido también utilizada con fines comerciales, muchas veces desligada de su sentido original. Esta comercialización ha sido objeto de críticas, tanto por sectores de la izquierda como por el propio Korda, quien siempre defendió el uso de la imagen con fines ideológicos, a la vez que rechazó su explotación mercantil. De hecho, nunca cobró derechos de autor por ella.
Así, la imagen del Guerrillero Heroico continúa su camino por el tiempo, recordándonos que una fotografía puede capturar no solo un instante, sino toda una visión del mundo.
Fuentes: Cubadebate, Juventud Rebelde, Escambray
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Noticia, Cuba , Comandante Ernesto Che Guevara, ERNESTO CHE GUEVARA