El bloqueo estadounidense agrava la crisis energética en Cuba

El bloqueo estadounidense agrava la crisis energética en Cuba El impacto más dramático del bloqueo se evidencia en el sector energético.

La crisis energética que enfrenta Cuba se ve severamente agravada por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, según el informe nacional presentado el 17 de septiembre de 2025 ante la prensa internacional por el ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla. Lejos de ser un factor externo secundario, el bloqueo se convierte en el principal obstáculo para la recuperación del sistema electroenergético nacional (SEN), al impedir el acceso a tecnología, repuestos, financiamiento y asistencia técnica esenciales para su estabilización.

En declaraciones recogidas por Cubadebate, Rodríguez Parrilla subrayó que “las consecuencias de esta política se evidencian dramáticamente en las carencias que enfrenta nuestra población”, y ofreció una comparación contundente: “Si el bloqueo se detuviera por dos meses, dispondríamos de los recursos que permitirían garantizar el combustible para generar electricidad”. El informe detalla que solo cinco días de bloqueo equivalen al financiamiento necesario —unos 100 millones de dólares— para reparar una central termoeléctrica como la Antonio Guiteras (Matanzas) o la Carlos Manuel de Céspedes (Cienfuegos). Doce días representan el presupuesto anual de mantenimiento del SEN (250 millones), mientras que un mes de bloqueo equivale al costo total del Plan Nacional de Energía Solar para 2025 (600 millones).

La viceministra de Energía y Minas, Tatiana Amarán Bogachova, es enfática al señalar que, aunque existen factores internos que contribuyen a la crisis —como infraestructura envejecida, retrasos en la transición energética y daños por fenómenos meteorológicos—, “el bloqueo es el principal obstáculo para solucionarlos”. En una reciente Mesa Redonda, reconoció el profundo impacto social de los apagones: “Afectan la vida de la población en nuestros hogares, en la economía, en las empresas, y la prolongación de esta situación ha hecho que uno se vaya agotando, estresando cada vez más”.

El bloqueo impide, de forma directa, la adquisición de equipos y componentes críticos. Por ejemplo, no se pueden comprar turbinas o sistemas de control modernos porque contienen más del 10% de componentes de origen estadounidense, lo que activa las restricciones legales impuestas por Washington. Incluso un sensor que en el mercado global cuesta 500 dólares puede llegar a costar 10.000 dólares en Cuba y tardar meses en ser entregado, debido a las complejas rutas de intermediación que exige la política coercitiva.

Además, el informe denuncia casos concretos de cancelación de contratos por presión estadounidense. En 2023, una empresa europea anuló la venta de repuestos para turbinas que habrían aportado más de 100 megavatios —suficientes para abastecer a 120.000 viviendas—, pese a que Cuba ya contaba con el financiamiento. Asimismo, los buques que transportan combustible a la Isla enfrentan amenazas de multas, embargo de activos y exclusión del sistema financiero global, lo que provoca retrasos que dejan indisponibles más de 300 MW diarios en generación distribuida.

La transición hacia fuentes renovables también se ve bloqueada. Los bancos internacionales se niegan a procesar transacciones para la compra de paneles solares o aerogeneradores debido al dominio del dólar en el sistema financiero mundial y al temor a sanciones secundarias. Recientemente, se impidió la puesta en marcha de una pieza clave en la termoeléctrica de Cienfuegos porque contenía componentes estadounidenses, a pesar de que la asistencia técnica provenía de un país amigo.

Incluso el personal técnico extranjero sufre presiones: especialistas contratados han cancelado viajes a última hora, incluso estando ya en el aeropuerto, por temor a represalias de las autoridades estadounidenses.

“El bloqueo no es una excusa —afirmó Amarán Bogachova a Cubadebate—, es una política deliberada de estrangulamiento económico que busca generar descontento social y debilitar la soberanía nacional”. Lo comparó con un “sistema enfermo al que se le niegan las medicinas para curarlo”.

Con daños acumulados que superan los 2,1 billones de dólares en valor del oro, y un impacto diario que paraliza inversiones vitales, el bloqueo no solo limita el desarrollo económico, sino que socava directamente la capacidad de Cuba para garantizar un servicio tan básico como la electricidad. Ante este escenario, el país reitera su llamado a la comunidad internacional a poner fin a esta política unilateral. Los días 28 y 29 de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas votará nuevamente la resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Con información de Cubadebate

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