La honra espirituana de compartir con Fidel en un aniversario cederista

«Queridos cederistas de Sancti Spíritus y de Cuba».

28 de septiembre de 1996, Plaza de la Revolución Serafín Sánchez Valdivia de Sancti Spíritus.

«Sancti Spíritus no tuvo el 26, pero ha tenido el 28».

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz honra la tierra de Serafín y preside el Acto Nacional por el aniversario 36 de la Constitución de los Comités de Defensa de la Revolución.

Aquel no era un acto más. Dos meses atrás, los espirituanos habían librado una férrea lucha por la sede del Acto Nacional por el 26 de julio, que finalmente ganara Holguín.

Aunque la provincia fue premiada con la condición de Destacada, en el fuero interno de los yayaberos quedó cierta inconformidad por no haber alcanzado aquella sede.

Desde la grandeza de estatura política y conocedor del alcance de aquel suceso, Fidel premió a los espirituanos.

«Sancti Espíritu no tuvo el 26, pero ha tenido el 28. Casi, casi es sede del 26 por su excelente trabajo en este periodo. Y ahora sede del Acto Nacional de los CDR».

Bajo la dirección de Pedro Sáez Montejo, primer secretario del partido en la provincia, Sancti Spíritus había experimentado un renacer en todos los sentidos, gracias al impulso de importantes obras sociales, pero sobre todo a la movilización entusiasta del pueblo en tareas priorizadas.

Todo traducido en un ambiente político muy favorable en medio de los años duros del periodo especial.

Ello motivó la presencia de Fidel en el Acto Nacional por los 36 años de los CDR, convertido en suceso inolvidable para la tierra del yayabo.

«Vine con discreción, más bien en completo silencio. No le avisé a nadie, ni a Contino ni a Sáez. No es el hábito de ser conspirador. Es que ellos me habían insistido mucho en días recientes que participara en este acto y quise darles una sorpresa a ellos y a ustedes. De modo que este acto es un reconocimiento a dos partes, a los CDR y a Sancti Spíritus».

De traje cederista, Cuba vibra al compás de Sancti Spíritus, donde hace 29 años no hubo un 26, pero sí un 28, con la energía y la sabia inconfundible de Fidel.

«Llevamos nuestras dificultades y nuestras escaseces con dignidad, con la dignidad de aquellos que no se rinden, con la dignidad de aquellos que no se pondrán jamás de rodillas. Por eso, una vez más, y con orgullo y con gran satisfacción, como la que hemos recibido en la tarde de hoy. Socialismo o muerte. Patria o muerte. Venceremos».