Finca La Mulata demuestra que otra agricultura es posible
Después de 27 años en el extranjero, el taguasquese Juan Manuel Fernández Hernández desarrolló en grande su vocación de agricultor y hoy alimenta su salud en la finca agroecológica La Mulata, donde la diversidad productiva y la protección del medio ambiente llevan la voz cantante para hacerle parir cada día más frutos a un pequeño pedazo de tierra.
«Bueno, con trabajo, mucho trabajo, mucho trabajo. Hay que trabajar, eso sí, todos los días.
«Pero yo doy muchas gracias por haber vuelto aquí porque yo recuperé mi salud, teniendo en cuenta que llegué a estar pesando más de 400 libras, ahora peso 200, 290 o por ahí, y me siento bien, ya tengo 62 años.
«Pero aquí es trabajar y lo importante que yo tengo aquí es que yo no he hecho químicos».
Al estilo de nuestros ancestros, Juan Manuel aprovecha racionalmente el suelo con asociación de cultivos.
«Ahora lo que tengo es calabaza y maíz, en tres lados distintos de la casa. Tengo también sembrada yuca, tengo un proyecto muy bueno con muchas matas de frutabomba, ahora mismo tengo logradas casi 200, 250, ya hay muchas ellas que están paridas. Y bueno, y la fruta que la fui sembrando con los años».
¿Qué ha significado los cerdos aquí? Que ha demostrado que se puede criar ese tan llamado y pedido cerdo de capa oscura.
«Sí, a ver, este cerdo, para mí lo bueno que tiene es que comen esta piedra. Mira, yo aquí cuando estoy apurado corto un poco anamú y se lo echo, el anamú se lo comen como nada, yo el anamú no lo acabo, aquí seguramente en fotos se verá que por muchos lados hay anamú, yo no me fajo con el anamú, eso no es una cosa que me molesta, porque se lo comen ellos. Yo aquí estoy haciendo campaña, por ejemplo, contra la guanina porque no lo comen. Conseguí bastante palmiche, que da trabajo, pero de cuatro lugares distintos traje palmiche, incluso algunos me lo dieron a la tercera, pero no obstante eso el palmiche es un alimento tremendo».
¿Y sustituye el pienso importado?
«Sí, claro, vamos a ver, no tiene todos los nutrientes que hacen falta, pero como yo también le echo yuca, cuando hay suero, este año no ha habido suero, le echo suero, tienen la fruta, que hay una cosa muy importante, el mango, por ejemplo, si no el mango no le alimenta, sí, pero ellos, el puerco este de capa oscura, no se come un mango si no le saca la nuez de la semilla, y la nuez de la semilla sí tiene alimento y proteína».
O sea, se demuestra que en un pedacito de tierra se puede tener muchos animales de este tipo, tanta falta acá.
«Mira, si se trata bien el pedacito de tierra, lo que pasa es que aquí la maña de la gente es chapeo, chapeo, tenerlo todo limpio, es verdad que hay que tenerlo limpio».
¿Y la quema?
«Y la quema, chapeo, eso es lo que te iba a decir, chapear y quemar, chapear y quemar, no, todos esos son animales, alimentos para ellos.
«Mira la hoja de plátano, yo corto una mata de plátano y cuando la mata de plátano cae al suelo, están ellos al lado mío para comerse la hoja, incluso si le picoteo la cepa, también se come la cepa».
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