Experiencia guajira de Osvaldo Hurtado alimenta finca espirituana

Experiencia guajira de Osvaldo Hurtado alimenta finca espirituana

Para un campesino, cruzarse de brazos y mirar sólo las limitaciones es la peor de las opciones para hacer producir la tierra, aunque los problemas de hoy frenen tus pretensiones, aseveró con firmeza Osvaldo Hurtado Borroto, agricultor de la provincia de Sancti Spíritus que, a golpe de sabiduría y buenas prácticas, alimenta su finca.

La certeza de Hurtado Borroto llegó a la ACN desde la sombra del añejo árbol de mango macho “que debe ser el símbolo de estos escenarios», en la zona de Madrigal, bien cerca del entronque de la carretera de Sancti Spíritus a La Sierpe, donde crecen sus cosechas.

Hace unos cinco años vine para esta finca de la Cooperativa de Créditos y Servicio Mártires de la Chorrera y al primer golpe de vista la realidad me sacudió, destacó, la manigua señoreaba, era prácticamente lo único que se veía y una plantación de mango que, en aquel momento, daba lástima y pocas esperanzas.

Pero guajiro desde la cuna, en mi natal Los Tramojos, y con mucho terraplén campesino desandado, me dije que había que ponerle el pecho porque aquí yo estaba para producir, relató.

Con la mirada siempre hacia delante y con la fuerza emanada de querer emprender un proyecto en la vida, Osvaldo Hurtado Borroto comenzó a dinamizar la finca y, en apenas una hectárea y con un óptimo aprovechamiento de los espacios, hoy la realidad es otra muy distinta.

Eliminé toda la maleza sin dar candela, rememoró, ordené los linderos con postes vivos y otras plantas para cerrarle el paso a los arrastres de tierra provocados por las corrientes de agua después de las lluvias, pues temprano me di cuenta de la necesidad de preservar y mejorar el suelo, que tampoco es de los mejores.

Fue mucha la «cachaza» y el estiércol de animales que le eché a la tierra y, de inmediato, empecé a mejorar el mangal; sin embargo, aunque la plantación era muy joven, estaba en muy mal estado, acotó.

Sembré guayaba, par de hileras de coco, piña, entre las matas de mango planté yuca, tengo un espacio para los vegetales y en la actualidad hay aguacate en producción, ciruela y algunas matas de limón, puntualizó.

Y, sin perder un instante, sigo fomentando el plátano, es de los cultivos que nunca debe faltar en la finca, porque es una producción segura, sobre todo con el beneficio del riego, aclaró.

Tierra vacía da trabajo, pero NO comida, manifestó quien considera que, aun cuando hacen mucha falta fertilizantes y herbicidas, también es impostergable aprovechar la sabiduría guajira, laborar con persistencia, dando los «golpecitos» a tiempo para recoger frutos.

Cuando cuidas la tierra, aplicas buenas prácticas, tienes siempre cosechas, porque la naturaleza es sabia y agradecida, significó Osvaldo, un campesino con varias inquietudes sobre el tapete.

La comercialización nos golpea mucho, por ejemplo, y duele tener tanto mango y que NO pueda llegar a más población, aunque busques alternativas, expresó.

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Noticia,  Sancti Spíritus

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