Erotismo y arte
Erotismo es una palabra derivada del nombre de Eros, dios del amor, capaz de asegurar la cohesión del universo; designa las manifestaciones ligadas a la sensualidad y al goce obtenido de la unión afectiva con otro ser.
Esta unión incluye, además del posible contacto sexual, todas aquellas imágenes, momentos compartidos y fantasías que acrecientan y acentúan la atracción.
Pero el erotismo puede manifestarse también en ausencia del objeto amado, lo que confirma su condición subjetiva y lo propicio que resulta, como tema, de diversas manifestaciones del arte, en especial la literatura, el cine y las artes plásticas.
Desde el punto de vista iconográfico y literario, el erotismo abarca aquellas representaciones y evocaciones sensuales que no buscan la provocación o el escándalo. El erotismo es sugerente y se contrapone a pornografía y obscenidad.
Por diversas circunstancias culturales, la humanidad se ha permitido el desarrollo solo de algunas formas de erotismo. Otras, sin embargo, han sido reprimidas y clasificadas como desviaciones o perversiones.
Los cambios en las costumbres y en los usos sociales, impulsados por la lucha de las organizaciones que defienden los derechos de las minorías, tienden a abrir un campo más amplio de tolerancia o, al menos, dan origen a múltiples estudios, debates y controversias.
En Cuba el erotismo se aprecia sobre todo en las artes plásticas, aunque la literatura no esté exenta de él. Jóvenes creadores se han dedicado en los últimos años a desmitificar este tema y ha demostrar que puede hacerse verdadero arte utilizándolo.
También el amor y su expresión erótica, como concepto, ha sido tema de todas otras artes como el Teatro, la Música, la Danza, y El Cineque han bebido de esa fuente inagotable de dulzura, pasión inquietud y recelo.
Par algunos el amor es solo rito, juego, pretensión, coquetería, el lenguaje mudo de un abanico o un pañuelo en el siglo XIX, para otros es también el desnudo provocativo y alentador del siglo XXI.
En nuestro país existen en la literatura antecedentes tan significativos como las novelas Paradiso de José Lezama Lima y Hombres sin mujer de Carlos Montenegro y en las artes plásticas una figura como Carlos Enríquez que cultivó con acierto el erotismo.
El cuerpo humano es bello, y lo es más la relación sensual entre uno y otro cuerpo. El erotismo en el arte recrea esta belleza, lo tierno que puede haber en ella, rozando una línea que lo separa de la pornografía, algo que solo puede hacerse con verdadero talento.