¿Qué lecciones deja el reciente ejercicio de control?
Para la economía cubana, el reciente ejercicio nacional de prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales sacó a relieve más de una lección.
La primera: aunque con nombres diferentes, esa sarta de distorsiones lastra cualquier empeño por sanear la economía y tratar de reimpulsarla desde el orden. Otra: la sistematicidad y efectividad del control aún son asignatura pendiente, pese a que a partir de la mitad del año actual se han intensificado las acciones con ese fin.
Si bien el ejercicio en cuestión fue anunciado por todos los medios, esta guerra mató, en el mejor de los sentidos, a cientos de soldados o, para decirlo en su contexto, violadores, entonces, ¿qué pasa cuando no se escucha ni un tiro?
No fue poco lo que en una semana se encontró en Sancti Spiritus, gracias a la labor conjunta de varios organismos, con objetivos muy específicos y dirigidos a desentrañar desde las grandes violaciones hasta una aguja en un pajar. Y eso que solo se aplicó en 36 entidades estatales, 211 mipymes y más de 4 000 trabajadores por cuenta propia, donde se comprobaron indicadores como legalidad, cumplimiento de normas vigentes y correspondencia entre el servicio que prestan y el objeto social para el que están diseñados esos actores.
Valga mencionar algunas cifras significativas: en unas 3 980 acciones ejecutadas por organismos impositores y controladores, se contabilizaron unas 9 922 violaciones y se impusieron multas en esa misma proporción. Matemáticamente hablando, es como que en cada lugar revisado la indisciplina y el descontrol se multiplicaran por tres.
Aquí sobresalen las 535 multas del famoso Decreto 30 sobre precios abusivos y especulativos, y las 249 por el Decreto 91, que nació hace apenas dos meses para el sector no estatal y encuentra violaciones al por mayor.
Dada la propia naturaleza del ejercicio, la ONAT intensificó lo que ha hecho en los últimos meses y, así y todo, en 163 acciones de fiscalización fueron detectados, por ejemplo, 38 millones de pesos de subdeclaración, 6 millones de ellos correspondientes a contribuyentes con altos montos de importación. Pero una lectura sale a flote, aun cuando se lograron cobrar 34 millones en el propio control. ¿Hacía falta un ejercicio para determinar que un solo contribuyente pagó en el acto más de 29 millones de pesos?
Mientras usted responde, sigo con otros datos reveladores. En una semana, se cobraron unas 2 194 multas por más de 36 millones de pesos y, aunque esta fue la segunda provincia que más cobró, quedan aún unas 8 000 multas pendientes, la mayoría de las cuales están en las oficinas encargadas de cobrarlas en calidad de apremio porque se deben hace más de dos meses. ¿Qué se hace el resto del año si sobre este tópico todo está escrito y legislado?
Como fue púbico el ejercicio, algunas medidas se vieron a flor de control: además de la multas, se realizaron ventas forzosas, decomisos y 94 retiros de proyectos a trabajadores por cuenta propia, se cerraron 67 establecimientos, se enfrentó a siete ilegales y se realizaron 35 apercibimientos.
Como resultado de acciones conjuntas entre la ONAT y los bancos, se cerraron 11 cuentas bancarias que estaban en cero en los últimos seis meses, se solicitó el cierre temporal a 139 establecimientos y a 250 proyectos de trabajo por cuenta propia que no abrieron su cuenta corriente fiscal.
A dos mipymes ya cerradas, se adicionó la solicitud del cierre de 25 establecimientos por incumplimientos de las obligaciones tributarias, la no apertura de las cuentas corrientes fiscales y el no uso de esas propias cuentas, además de no utilizar las pasarelas de pago, en tanto a varios actores privados se les tramitan expedientes por presunta evasión fiscal,
Asimismo, unas 5 120 personas estuvieron involucradas en 140 operativos, se detectaron violaciones en tenentes de tierra y en el acto se abrieron 2 000 cuentas bancarias de usufructuarios y 568 de trabajadores por cuenta propia.
Tales cifras, salidas en una sola semana, inducen a pensar en cuál es la realidad detrás de la fachada cotidiana. ¿Cuánto más puede haber escondido en años o meses? ¿Dónde están los mecanismos de control de cada uno de los implicados? Incluso, digo más. Antes de hacerse público el control el primer día, no pocos puntos privados, sobre todo, cerraron en una práctica que se repite cada vez que el control decide salir a la calle y se filtra la información un poco antes, lo que deja en este caso muy mal paradas la transparencia y la ética de algunos funcionarios de los organismos involucrados.
En este sentido, habría que seguir en la práctica la indicación gubernamental de cerrar totalmente los puntos de venta de productos agropecuarios que pararon, sospechosamente, durante la semana de control y habrá que seguir además si los resultados del enfrentamiento van a parar a los bolsillos de los consumidores.
Cierto es que no es solo orden lo que necesita la economía cubana para recuperarse, una necesidad que pasa principalmente por la urgencia de recuperar su capacidad productiva en todas las ramas, lo cual depende de recursos que hoy no se tienen, de moneda dura de la que no se dispone, de robustecer el crítico sistema electroenergético nacional y de que, por supuesto, el bloqueo mitigue su impacto. Pero también es cierto que por los orificios del descontrol y el desorden enraizado se agrieta más la economía del país.
Economía, En Audio , CORRUPCIÓN, Cuba, DELITO, DISTORSIONES, ECONOMÍA, ILEGALIDADES, prevención