Fidel dejó su legado en el sector de la salud
El líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, marchó hacia la inmortalidad un 25 de noviembre del año 2016 en la tierra que lo vio nacer. Con su partida, dejó una huella de amor en el corazón de los cubanos y un legado en la salud pública que ha cruzado las fronteras de la geografía cubana.
A su obra nos acerca el doctor José Ramón Suárez García, profesor del Departamento de Salud de la Universidad de Ciencias Médicas Faustino Pérez de Sancti Spíritus.
«El legado de nuestro comandante, desde un inicio en la Sierra, la lucha en el Moncada, el comandante en jefe planteó cómo debía ser la salud y condenó el sistema imperante anteriormente antes de 1959, con la insalubridad que existía en nuestro país, la alta mortalidad infantil y la mala atención médica que tenía nuestra población. A partir de ahí se creó un proyecto de desarrollo de redes de atención primaria, secundaria y terciaria para poder darle cobertura de atención a toda la población,» explicó Suárez García.
«En el año 1984, por ideas del comandante, se creó el Programa de trabajo del médico y la enfermera de la familia, el policlínico y el hospital, como célula fundamental para darle atención a nuestra población. Esta fortaleza de nuestra salud pública también incluye el desarrollo de la investigación en institutos y la creación de vacunas.
El comandante desarrolló un plan de investigación enorme que permitió desarrollar la vacuna del COVID-19,» añadió Suárez García.
«El compromiso del comandante con la salud pública también lo llevó a los lugares más recónditos del mundo. Dentro de los principios de la salud pública, que son siete, está el internacionalismo proletario que nuestro comandante en jefe promovía. Nuestros trabajadores de la salud, tanto médicos como enfermeras y paramédicos, han ido a cualquier parte del mundo a brindar servicios, incluso a los lugares más intrincados donde nadie iba, siempre estaban los cubanos. Estuvimos en Argelia, en el Sahara, en Haití, brindando atención en los lugares más difíciles de acceso,» comentó Suárez García.
«El cubano trabaja de forma altruista y desinteresada, nuestros servicios son totalmente gratuitos y hemos salvado miles, por no decir millones, de pacientes en el mundo a través de todos los años de colaboración médica en los cinco continentes. En la actualidad, se realiza este tipo de actividad y se crean escuelas de formación de médicos y profesionales de salud en muchos países que Cuba ha ayudado. El desarrollo de la salud pública cubana se ha trasladado a todos los continentes del mundo,» concluyó Suárez García.