El Frente de Las Villas en acción

El Frente de Las Villas en acción El Che corroboró sus cualidades como estratega militar y político durante la épica contra la dictadura batistiana en Las Villas.

La historiografía recoge las posiciones sectaristas y traidoras del denominado Segundo Frente del Escambray, y a la colaboración mostrada por el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el destacamento guerrillero del Movimiento 26 de Julio encabezado por Víctor Bordón, luego del arribo, procedente de la Sierra Maestra, de la Columna No. 8 Ciro Redondo, comandada por Ernesto Che Guevara, a mediados de octubre de 1958.

El lunes, primero de diciembre, se rubrica el Pacto de El Pedrero, bajo el bombardeo del ejército de la tiranía.

“Ese pacto —señaló a este periodista el general de brigada Harry Villegas Tamayo, Héroe de la República de Cuba, fallecido en 2019— simboliza la unidad entre la gente del 13 de Marzo y nosotros, el 26 de Julio; después se incorpora el Partido Socialista Popular. Significaba coordinar las acciones sin que hubiera la desaparición de ninguna de las organizaciones; todas con una idea única, derrocar la tiranía. El crisol de la unidad en la lucha armada fue el territorio de Las Villas”.

—¿Qué valor le concedió el Che a Caballete de Casa en su estrategia?

“Topográficamente era un lugar muy bueno; el terreno era favorable para la guerrilla. Allí él decidió tener su Comandancia; pero no estuvo mucho por la dinámica del combate. Iba esporádicamente a revisar cómo marchaban la emisora y la escuela de reclutas, donde se concentraba toda la gente nueva que subía al Escambray y no tenía preparación desde el punto de vista militar y político”.

Precisamente, en el combate de Fomento participaron los dos primeros pelotones llegados a la escuela de Caballete de Casa.

—¿Por qué la toma de ese poblado se complicó tanto?

“Pensábamos que no iba a ser necesario combatir; se creyó que Valencia (jefe del cuartel) hiciera un razonamiento lógico. Desde el central el Che lo llamó por teléfono y le planteó que se iba a atacar el cuartel; le dijo que en nombre de la Patria no hiciera un derramamiento de sangre. No logramos lo que queríamos. Fue un combate bastante tenso por las características del cuartel; la defensa obligaba a que mucha gente, se aproximara, sin toda la protección requerida. Por eso hieren a Joel y nos matan a Readigo y a otro compañero más.

“En el teatro (Baroja), donde estaban fuerzas enemigas, también tuvimos una situación tensa. Cuando entramos, empezaron a retirarse gradualmente. Se metieron en la cabina de proyección, después se fueron para la pantalla. Incendiaron aquello. Recuerdo que estábamos combatiendo con el Che dentro. Toda la candela aquella empezó a generar un calor inmenso. Como él era asmático, se empezó a asfixiar; buscamos la forma de salir de allí. Había una escalera; yo venía delante del Che y hay un momento que me sentí en el aire. Me lanzó y caí parado en la planta de abajo. El Che me pasó por el lado, como una ‘salación’. Fomento fue el primer municipio liberado de Las Villas”.

—Cuando el Che se fracturó el brazo izquierdo en Cabaiguán, usted se encontraba allí.

“Yo fui con el Che a inspeccionar el ataque del cuartel; cuando me lo propuso me dijo: ‘¿Estás apendeja’o?’. Subimos al techo de una casa, frente al cuartel, y vimos la posición de los masferreristas que le tocaba atacar al Pelotón suicida. El Che, al  bajar, vio una cerca de ladrillo; pensó que podía caer allí y tener equilibrio. Es ahí cuando se fractura el brazo”.

—¿Cómo lo hieren a usted en ese combate?

“Después el Che se va con su brazo partido, me quedé de mirón; pero el mirón en la guerra no existe. Cuando vine a ver estaba enredado en el combate. Había una portería, entramos y nos tiraron una granada, que me hiere en una pierna; a Tamayo también.  Sentimos el quejido de alguien, se había quedado un hombre adentro. El Vaquerito solicitó gente para que lo sacaran y dije: ‘yo voy’. Era gordo, fuerte, y yo, muy flaco. Le dije al Vaquerito que me auxiliara. Rompió la puerta y eso me permitió sacarlo. Ya con la caída de los masferristas, el apoyo que tenía el cuartel fue cediendo hasta que lo tomamos.

“Luego el Che me peleó; le dije que como me había dicho lo del apendejamiento, me había quedado combatiendo. Me puntualizó que esa no era mi tarea y que tenía que aprender a hacer lo que se me ordenara en cada momento.

“En Cabaiguán tuvimos, además, el riesgo de los francotiradores que estaban en la torre de la iglesia; tenían el dominio de las calles. Cada vez que la gente se movía, tiraban hasta que los localizamos. Después fue más fácil neutralizarlos”.

—El Che también cooperó con Camilo en la Batalla de Yaguajay.

“Él visitó Yaguajay más de una vez. Nosotros fuimos con él el día que inauguró el Dragón (25 de diciembre). El objetivo era llevarle armamento porque le hacían falta armas de mayor potencia. Estuvimos en la trinchera, vimos cuando el Dragón (una especie de blindado criollo, concebido a partir de un buldócer) se para; ahí fue cuando surgieron las jaranas: ‘El dragón tuyo se lo tragaron’, le dijo el Che a Camilo.

“Dice el Che que realmente su amistad con Camilo tiene su momento de inicio por un gesto humano. En el combate de Alegría de Pío, el Che perdió su armamento, su comida. Camilo tenía una lata de leche y esa la compartió con él. Eso nunca lo olvidó”.

—En síntesis, ¿qué distinguió la campaña de Ernesto Guevara en Las Villas?

“La lucha por la unidad. Además, en menos de tres meses cumplió la orden de Fidel de dividir el país en dos e impedir que el Ejército de Batista pasara para Oriente. En Las Villas demostró que era un estratega”.

 

 

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